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Astilleros

Ros Casares teme perder contratos si se dilata más la venta de Izar Manises

Ros Casares ha advertido que podría perder parte de los contratos que tiene apalabrados si se retrasa más la adjudicación de Izar Manises. La SEPI todavía no le ha remitido la nueva petición de información sobre su oferta cursada por Bruselas.

El grupo metalúrgico valenciano Ros Casares teme que los contratos que tiene apalabrados y la renovación de las licencias para la fabricación de motores marinos en la factoría de Izar en Manises (Valencia) puedan verse afectados seriamente si se prolonga por más tiempo la adjudicación de la factoría, a la que acude como único candidato.

'Cuanto más se demore la venta, más perjudicial es para todos: para los trabajadores, para la SEPI, para el comprador', advirtieron desde la empresa.

La fábrica de motores de Manises es la única planta del grupo público de astilleros Izar en liquidación que no fue adjudicada a un comprador privado el pasado mes de julio. La razón es que la Comisión Europea solicitó información adicional sobre la oferta al detectar una seria discrepancia entre la valoración de la obra en curso de la factoría hecha por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que la cifró en unos seis millones de euros, y la hecha por Ros Casares en su oferta de compra (unos 32 millones). Bruselas quiere descartar que pueda haber algún tipo de ayuda encubierta en el proceso.

Ros Casares, que ya contestó a la petición comunitaria, ha visto aumentar sus temores por el futuro de los contratos acordados al conocer el lunes, a través de la prensa, que la Comisión ha vuelto a pedir más información sobre el tema. Ayer la SEPI reconoció que todavía no había trasladado al grupo valenciano la solicitud de Bruselas, a pesar del retraso que acumula la privatización de Manises.

En todo este procedimiento, los plazos son clave para garantizar el futuro de los astilleros enajenados, ya que, mientras se encuentren en liquidación y no pasen a manos privadas, no pueden contratar nueva carga de trabajo, lo que les abocaría al cierre. Precisamente, el argumento que usó la SEPI para adjudicar Gijón, Sevilla y Sestao antes del verano y sin acuerdo sindical. A día de hoy, Manises sólo tiene carga de trabajo (dos motores marinos) hasta finales de noviembre.

La SEPI negocia las garantías laborales en el grupo naval

Los sindicatos continuaron ayer con los contactos que, de manera discreta, mantienen con la SEPI periódicamente para tratar de avanzar en el acuerdo de garantías laborales de los trabajadores tras la venta de Izar. Las negociaciones se han retomado en un clima de mayor tranquilidad, una vez que los empleados de los centros afectados han optado por suspender sus movilizaciones. Los trabajadores quieren que la SEPI les garantice el empleo y sus condiciones de trabajo más allá de los tres años que ofrece el holding público.

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