La respuesta al terrorismo
El siglo XXI comenzó con los espectaculares atentados del 11 de septiembre de 2001 (...). La barbarie terrorista sucedía a los horrores de las guerras clásicas y el fanatismo islamista a la amenaza comunista (...).
Cinco años después, la guerra de las civilizaciones (...) ¿ha dado paso al enterramiento de las ilusiones (...)? Muchos, desde hace tiempo en Europa y recientemente en EE UU, lo afirman: las respuestas dadas al terrorismo serán más peligrosas que el terrorismo en sí. La caída de Sadam ha activado la guerra civil en Irak, el bombardeo de Hezbolá ha reforzado al régimen iraní. Peor aún, estas operaciones fallidas no han hecho sino excitar más la locura de los fundamentalistas musulmanes (...).
George Bush es el blanco de todos los ataques. Es verdad que no es con ideas simples como se puede acabar con la complicación en Oriente Próximo. En esa parte del mundo, como en las demás, la democracia no se decreta a cañonazos (...).
El enemigo existe. Y el error es haberle ayudado, animado y armado antes de la entrada en escena del presidente Bush (...). Occidente ha jugado con el islam sin pensar que se podría convertir en su veneno (...). Hoy siembra la muerte en todos los continentes. No se ha hallado la solución (...). La guerra contra el terrorismo debe ser total.