Estados Unidos recuerda el 11-S con solemnidad y críticas a Bush
Las campanas de las iglesias sonaron al unísono ayer en Manhattan a las 8.46 de la mañana por primera vez. Empezaba el primero de varios minutos de silencio con los que el país rindió homenaje a las 2.973 víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el día más triste para EE UU. El presidente George Bush, que el domingo ya había dejado junto con su esposa, Laura Bush, una corona de flores en la Zona Cero de Nueva York, guardó ayer un minuto de silencio junto a los bomberos. Hasta cuatro veces se hizo el silencio, por el segundo ataque y la caída de cada una de las torres. Mientras, en la Zona Cero, los familiares de las víctimas leyeron la lista de los fallecidos. Ese mismo ritual se repitió en Shanksville, Pensilvania, donde se estrelló el cuarto avión secuestrado aquel día hace cinco años. Bush también acudió al homenaje a las 40 víctimas.
El presidente terminó el día visitando el Pentágono y con un discurso a la nación sobre las 9 de la noche (tres de la madrugada en España). Aunque al cierre de esta edición aún no había comenzado el discurso televisado, la Casa Blanca avanzó que no contendría alusiones partidistas, como en las escasas intervenciones de otras autoridades en los actos previos de homenaje.
No obstante, en el quinto aniversario de los ataques cada vez son más las críticas nacidas de la división con la que se acogió la respuesta de la Casa Blanca. Es una división cada vez más visible que está claramente en la calle. Ya no se tilda automáticamente de antipatriota a quien disiente de la llamada 'guerra contra el terrorismo' y sus métodos invasivos.
El propio Bush ha admitido que el conflicto en Irak 'está afectando a la psique del país' y el Senado ha concluido que Sadam Husein no está relacionado con el 11-S. A pesar de ello, el vicepresidente Cheney aún no tiene claro si Husein ha tenido contactos con Al Qaeda. Una encuesta de la CNN reveló ayer que el 45% de los americanos culpan 'mucho' o en 'cierta medida' a Bush por los ataques. Su popularidad ronda actualmente el 40%.
Una economía que mira hacia delante
Muchos de los traders de la Bolsa llevaban ayer corbatas con la bandera de EE UU. El mercado, físicamente al lado de la Zona Cero, cerró durante cuatro días en 2001 y volvió a la normalidad poco a poco pero contando sus muertos. Solo en Cantor Fitzgerald se perdieron 658 vidas. Ayer se guardó un minuto de silencio.Pese al 11-S, la economía ha resistido. Tras un fuerte estímulo fiscal y monetario se salió de una breve recesión apenas 50 días después de los ataques. Ahora se vive un momento de aterrizaje suave tras años de crecimientos por encima del 3%.En el lado negativo: el déficit presupuestario causado por, entre otros asuntos, por las campas bélicas en el exterior que han disparado el presupuesto de defensa.