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Análisis

HP examina su crisis en un consejo extraordinario

Por teléfono y en domingo. Así tenían previsto reunirse ayer los consejeros de Hewlett Packard para tratar el conflicto creado a raíz de las disputas sobre las filtraciones de sus deliberaciones. A cierre de edición de este periódico no se había hecho público ningún detalle de una reunión a la que la presidenta, Patricia Dunn, llegaba tras afirmar que dejaría el consejo si sus miembros se lo pedían.

Dunn se perfila como la principal responsable de una investigación sobre los consejeros de la compañía. Las pesquisas, conocidas y aprobadas en general por los propios afectados se encargaron a unos detectives privados y el abogado externo de la firma, Larry Sonsini, aseguró que se estaba haciendo dentro de los límites de la legalidad.

Los consejeros estaban siendo vigilados porque desde hace años se filtran a la prensa algunas de las deliberaciones secretas que han creado un ambiente difícil en la compañía y aceleraron el despido de la anterior consejera delegada, Carly Fiorina.

Pese a lo que dijo Sonsini, las técnicas de los detectives no eran todo lo limpias que parecían ser y accedieron a datos personales de los investigados. Además cometieron fraudes para hacerse con la información requerida. La fiscalía de California estudia los hechos.

En una carta a los empleados enviada el viernes, el consejero delegado, Mark Hurd, se distanció del consejo, diciendo que lo que ocurría con este órgano de la empresa no tiene 'nada que ver con la estrategia y operaciones de HP'.

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