Un experto en crisis industriales pilotará el nuevo rumbo de Ford
Bill Ford ha hecho algo inusual en la industria de la automoción. Ha buscado fuera del sector a quien poner al volante de la empresa fundada hace 103 años por su bisabuelo, Henry Ford. Solo Fiat hizo algo igual el año pasado. En su búsqueda, el nombre de Alan Mulally, de 61 años, no hacía más que aparecer en su radar. La razón es que no buscaba a un hombre de la automoción necesariamente sino a alguien con experiencia en crisis industriales.
Y Mulally tiene este perfil. Ingeniero con 37 años de experiencia en Boeing, era desde 1998 el consejero delegado de la división comercial de la aeronáutica. Estudioso de la industria de la automoción, en particular los entresijos del lanzamiento del Ford Taurus y la producción eficiente de Toyota (cuyas fábricas ha visitado y emulado en Boeing), Mulally afrontó la crisis de Boeing eliminando 50.000 empleos de una plantilla de 120.000 personas y reduciendo el número de fábricas y el periodo de desarrollo de una avión al 50%.
Pese a sus credenciales, Mulally fue pasado dos veces en la carrera por hacerse con el mando de Boeing y Bill Ford, abrumado por los frentes que tenía abiertos, ha aprovechado esa oportunidad para atraerle a Detroit. El martes, por sorpresa, fue presentado como nuevo consejero delegado tras dos meses de cortejo que empezó con la admisión de Ford ante el consejo de que 'tenía demasiadas tareas en su mano'.
Su reto es reconducir un grupo con un modelo de negocio 'insostenible'
Ford cede así el puesto de más responsabilidad y que ha ocupado desde octubre de 2001 tras el despido de Jac Nasser. Ford era desde 1998 presidente ejecutivo. Pese a su esfuerzo, la segunda automovilística de EE UU ha seguido perdiendo terreno.
Con costes sanitarios y de pensiones disparados en EE UU, una erosión de la cuota de mercado en este país de casi un punto cada año en los últimos cinco, 1.400 millones de dólares de pérdidas en el primer semestre y una deuda calificada basura por las agencias de rating, los problemas de Ford hicieron decir a su consejero delegado, este fin de semana, que el actual modelo de negocio 'es insostenible'.
Mulally y Ford (que mantiene su puesto como presidente) aseguran que las crisis de Boeing y Ford tienen muchos paralelismos. Los analistas asienten a medias. Hay similitudes en los altos costes laborales y una plantilla sindicalizada, en el hecho de que el desarrollo de productos requiere años y es difícil planificar la demanda, que depende mucho del vaivén del petróleo y de los proveedores. Pero también hay cruciales diferencias: Boeing no tiene como Ford una extensa red de concesionarios y solo un competidor, Airbus.
Mulally asegura que en su lista de tareas figura la revisión de los productos y los servicios. Dice que va a estudiar el plan de reestructuración de la empresa en EE UU que se empezó a aplicar en enero y supone la desaparición de 30.000 empleos y el cierre de 14 plantas, pero no va a hacer retocar un segundo plan que se va a sumar a este y se anunciará el próximo día 15.
El bisnieto copreside la marca
'No me voy a ninguna parte' dijo el martes Bill Ford durante la presentación de su sucesor Alan Mulally. Ford ya no es consejero delegado pero mantiene su puesto de presidente ejecutivo. Se acaba así, de momento, una dinastía al volante de la empresa de Henry Ford aunque su bisnieto se queda como copiloto.Bill Ford ha sido el cuarto miembro de su familia que ha tenido un puesto ejecutivo en la compañía de Detroit. Su abuelo Edsel fue presidente tras abandonar este puesto el propio fundador, Henry. Henry Ford II, el hijo de Edsel, fue presidente en 1945, la era dorada de la industrialización americana por lo que le tocó el renacimiento de una compañía severamente tocada por la Gran Depresión.Esta época llegó hasta 1979 cuando cedió su puesto de consejero delegado a Philip Caldwell que inauguró un periodo que duró hasta 2001 en la que la compañía estuvo dirigida por hombres que no tenían el ADN de Ford. Jac Nasser cerró esta fase tras ser despedido en 2001 por la crisis de los neumáticos Firestone (una empresa también creada por una familia de la que forma parte la madre de Bill Ford). Nasser y Ford, que era presidente ejecutivo desde 1998, tenían una mala relación personal. Ahora Ford cede su puesto de dirección a otro outsider, eso si, su familia sigue manteniendo el derecho de voto del 40% de la compañía por lo que sigue siendo un poderoso copiloto y dice que no se va a ninguna parte.