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Pequeños gigantes

Carrera y Carrera eleva las joyas a puro arte

Empresa centenaria y con un estilo personalísimo, Carrera y Carrera se dispone a consolidar su presencia internacional de la mano de su nuevo dueño, Lladró, el fabricante de porcelanas. Sus objetivos son ampliar mercados en Europa y competir en cinco años con dos de los grandes de la orfebrería, Bulgari y Chopard.

Lejos quedan los inicios en el establecimiento de la madrileña calle de Santa Isabel. Corría el año 1885, María Cristina de Habsburgo regentaba España y la ciudad imitaba la transformación urbanística que Haussmann había desarrollado en París: plazas, parques y alamedas. En las ciudades europeas, la joyería se convierte en abanderada de la creciente industria del lujo y en Madrid, el pequeño taller de José Esteban Carrera adquiere fama por medio de la talla de piedras preciosas.

El siglo cambia y el negocio pasa de padres a hijos. Dos primos de la tercera generación de joyeros crean la marca -Carrera y Carrera- y administran el despegue comercial de esta industria de orfebres.

En los años cincuenta comienzan los encargos importantes para la empresa. Es la época dorada de Elisabeth Taylor, Audrey Hepburn, Balenciaga y el prêt-à-porter. En 1960, cuando el rey Balduino de Bélgica contrae matrimonio con la española Fabiola de Mora y Aragón, Carrera y Carrera realiza la tiara nupcial.

La firma comienza su proceso de internacionalización en los años setenta y consolida este desarrollo en 1999, cuando un grupo de directivos, encabezados por María Eugenia Girón y Louis Urvois, se incorporan al organigrama y logran el apoyo financiero de la entidad de capital riesgo 3i. El objetivo de Girón es modernizar la marca: Carrera y Carrera ha logrado superar la barrera de los cien años, pero sus joyas están anticuadas para los nuevos gustos. La solución es incorporar diseñadores nuevos, gente joven dispuesta a trabajar codo con codo con los artesanos tradicionales.

Hace cuatro años, una economista, Sonia Ruiz, asumió la dirección del departamento de diseño. Las colecciones Baile de Mariposas, Taj Mahal, Protozoa y Peacock son sus aportaciones al mundo de la orfebrería. Todas tienen a la naturaleza como protagonista. En concreto, Peacock encontró inspiración en los colores y las formas del pavo real.

La diseñadora, rodeada de un equipo de quince personas, trabaja para 'una mujer independiente y contemporánea, a la que le gustan los diseños exclusivos y no necesita que nadie le regale una joya, ya lo hace ella'. La sortija de oro blanco Twist, con ópalo blanco y una mariposa posada sobre la piedra, es su joya preferida.

A finales de 2001, cuando la renovación y el crecimiento están en pleno apogeo, la compañía de cerámica Lladró inyecta 15 millones de euros en la empresa, se hace con el 45% de la sociedad y se convierte en distribuidor de la compañía en el mercado americano. 'Hubo un interés mutuo. Lladró estaba establecida con éxito fuera de nuestras fronteras. Su presencia en EE UU, sus lazos con los distribuidores más prestigiosos... Todo le convertía en el mejor socio que podíamos tener', ha explicado en diversos foros María Eugenia Girón.

En 2006, Lladró adquiere el 100% de las acciones, Girón abandona la compañía y cede el testigo a Alain Viot. Los nuevos propietarios fichan a Natalie Guedj para dirigir el día a día. Ningún Carrera se sienta hoy en el consejo de administración ni trabaja en el taller.

Actualmente, Carrera y Carrera está presente en 26 países, tiene 19 boutiques propias y más de 250 puntos de venta. Sus principales mercados son el ruso y el japonés, pero sus tiendas pueden visitarse en París, Singapur, México, Ginebra, Ryad y Dubai. Harrod's, Neiman Marcus, El Corte Inglés y el único hotel del mundo con la categoría de siete estrellas, el Buró Al Arad de Dubai, son algunos de sus distribuidores. Más del 70% de la producción se exporta y la nueva dirección quiere potenciar los mercados del centro y del este de Europa.

Aunque las colecciones son comunes en todo el mundo, la empresa se preocupa de hacer adaptaciones según el estilo de vida de cada país e, incluso, la fisonomía de las mujeres. En Japón, por ejemplo, siempre tienen más éxito los productos pequeños y delicados y su uso es mucho más espontáneo. En cambio, en América y Rusia hay un interés especial por las joyas grandes, para poder lucirlas en fiestas y cócteles.

A estos mercados está dedicada Wild Collection, que reúne bellos animales salvajes, como el leopardo, el tigre y el león, en colgantes de grandes proporciones, acabados en oro blanco y diamantes.

A lo largo de su historia, Carrera y Carrera se ha mantenido fiel a la tradición artesanal joyera. Desde la fase de diseño al bruñido a mano final, cada etapa del proceso se desarrolla en la fábrica de Madrid: 3.600 metros cuadrados donde los antiguos oficios de engastador, pulidor y sacador de fuego continúan igual de vivos que a finales del siglo XIX.

El modelaje de los diseños se realiza en cera verde con absoluta minuciosidad. La perfección resulta imprescindible. Una vez hecho el molde, se utiliza la técnica sumeria de fundición a la cera perdida para convertir la pieza en joya. Todas llevan grabado un número de referencia, seña de autenticidad.

Las colecciones se renuevan cada año, pero algunas de las piezas más emblemáticas de la firma, como la sortija Lago de Rosas, los pendientes Mumbai o el reloj Avalon, tienen lista de espera.

'En cinco años deberíamos poder competir con Bulgari y Chopard'

Natalie Guedj acaba de aterrizar en Madrid procedente de Estados Unidos. Los últimos seis años ha trabajado para el grupo Richemont como presidenta y consejera delegada de Van Cleef & Arpels, con 100 personas a su cargo, un taller de joyería y seis tiendas propias. Antes estuvo en Cartier.Guedj, diplomada en Marketing y Economía, tiene las ideas muy claras: 'Dentro de cinco años, Carrera y Carrera debe estar en condiciones de competir con dos de los grandes de la joyería mundial: Bulgari y Chopard, porque Cartier, Tiffany y Harry Winston juegan en otra liga'. La nueva directora general, parisina de nacimiento, no lo tiene difícil. El nombre de Carrera y Carrera aparece escrito habitualmente, junto al de los grandes orfebres del mundo, en el puesto número 11. Pero ni Guedj ni sus competidores enseñan sus balances. Sobre este asunto hay una total opacidad.'æpermil;sta es una compañía que funciona', dice durante la entrevista, 'su dinamismo comercial está fuera de toda duda. Sólo necesitamos dar uniformidad a la marca, que Carrera y Carrera tenga una sola voz en los mercados internacionales, y, por supuesto, reducir el número de piezas nuevas que sacamos al mercado. El 70% de nuestras joyas se renuevan cada año', asegura.

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