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Informática

Nokia y Microsoft, al asalto del imperio iPod

Todo parece atado y bien atado para que el iPod mantenga su hegemonía en el ámbito de la música online. Hay quien dice que la joya de Apple sólo podría morir de éxito. Por si acaso, gigantes como Nokia y Microsoft preparan un agresivo desembarco en el sector.

Nokia, líder mundial de teléfonos móviles, quiere discutir la hegemonía del tándem iPod-iTunes de Apple. Acaba de pagar 60 millones por Loudeye, empresa especializada en dispositivos de descarga musical por internet. Y Microsoft, líder máximo del mercado del software, también quiere su parte del pastel de la música online y lanzará, para fines de año, su propio 'iPod', es decir, su propio reproductor de música digital, que ya ha bautizado como Zune.

Todo el mundo quiere morder la manzanita de Apple. El chiste obvio está en boca de analistas y periodistas, convencidos de que la batalla por el comercio digital de música prepara la futura guerra por la industria del entretenimiento global.

Muchos recuerdan también cómo Microsoft le robó la cartera a Apple con la comercialización universal del sistema operativo Windows en los años ochenta, aparentemente inspirado en un producto de Apple. Pero esta vez, parece ser que Microsoft, Nokia, Sony -que ha resucitado su viejo sello Walkman para la ocasión- y compañía podrían darse por satisfechos con sólo colocarse en un mercado muy bien manejado hasta ahora por Apple.

El éxito de la marca californiana es haber ideado antes que nadie, en 2001, un sistema de descarga legal de música por internet, el iTunes, que apenas arroja beneficios pero está asociado en exclusiva a su reproductor, el iPod, que sí le da millones, un 34% de su cifra de negocios.

El iPod alimenta la notoriedad del sitio iTunes y viceversa, lo que priva a sus rivales de la posibilidad de participar, así sea indirectamente, en su éxito. En Francia y Suecia ya se han abierto investigaciones sobre posibles prácticas monopolísticas derivadas del perfecto círculo virtuoso de Apple.

Entretanto, su aparatito blanco representa el 70% del mercado mundial de reproductores portátiles y casi el 90% de las descargas legales que se hacen desde iTunes. Ni los japoneses ni otros genios asiáticos de los reproductores musicales electrónicos han logrado inquietar ese negocio. Al contrario, los más avispados se han puesto a producir accesorios para el iPod, engordando las arcas de Apple en concepto de royalties.

La señal más alentadora para los recién llegados es el previsible crecimiento del mercado años y sus posibilidades de innovación.

Poco se sabe de Zune, el nuevo desarrollo que Microsoft espera sacar a la venta en EE UU antes de Navidad, salvo que será inalámbrico. Innovar más que Apple se antoja difícil pero es previsible que el gigante informático lance un campaña de publicidad agresiva y venda a pérdida el tiempo que haga falta.

La estrategia de Nokia, en cambio, sí parece orientada hacia la innovación: explotar las posibilidades de un único soporte con funciones telefónicas y de reproducción musical. La empresa finlandesa ya vende tantos móviles capaces de descargar música como iPod vende Apple.

'El mercado de la música para teléfonos móviles será mayor que el de aparatos monofuncionales como el iPod', augura el analista Albert Lin, de ATR. Y los jefes de Nokia calculan que será más fácil para ellos competir con el iPod, que para Apple dotarlo de funciones de telefonía móvil.

En 2006, Apple venderá unos 50 millones de iPod, más del doble que en 2005, pero el negocio musical en teléfonos móviles puede saltar de 400 millones de dólares en 2005 a 14.000 millones en 2011, calcula Juniper Research.

El tándem iPod-iTunes, acusado de monopolio

La exitosa fórmula de Apple (iPod + iTunes) puede tener los días contados en Europa, donde se le acusa de querer vender el coche y la gasolina. Suecia, Francia, Dinamarca, Gran Bretaña y Noruega han expresado ya su temor a la creación de un monopolio musical.Para escuchar una canción descargada en iTunes -un 90% del mercado legal de música online- en un lector que no sea el de Apple hay que grabarla en un CD de formato audio y convertirla después al formato MP3. El iPod, en cambio, es compatible con cualquier archivo musical, incluido el formato MP3, lo que ha favorecido, paradójicamente, a las productoras de música independiente de EE UU, que venden sus canciones en MP3 sin protecciones digitales (DRM).

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