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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pensiones frente a ahorros

Algunos congresistas, tanto demócratas como republicanos, hicieron el jueves un alto en sus vacaciones para volver a Washington. El motivo es que se requirió su presencia para añadir pompa a una ceremonia en la que George Bush firmó una de las pocas leyes de carácter económico y de amplio calado que se han logrado consensuar en el Congreso en lo que va de legislatura. Se trata de la Ley de Protección a las Pensiones de 2006, aprobada hace dos semanas.

Dice Bush que es la reforma más amplia del 'sistema de pensiones americanos en 30 años'.

No se trata del sistema público, uno de los pilares más enterrados de la agenda electoral del presidente, sino del sistema privado que nació con el compromiso de las empresas de dar a sus trabajadores un plan de pensiones. Esta prestación era una forma que tenía la industria de atraer mano de obra capacitada tras la II Guerra.

Actualmente, el mercado laboral no demanda estos incentivos y la calidad del nuevo empleo se ha rebajado. Esto, unido a los altos costes de los planes, ha propiciado dos cosas. La primera es que cada vez más empresas eviten estas pensiones llamadas definidas (en las que se abona una cantidad al jubilado al mes) a favor de cuentas de ahorro en las que participan junto con el empleado y que se conocen por el artículo de la ley que las regula desde 1978: 401k.

La segunda es que un buen número de empresas tienen infradotados los planes de pensiones comprometidos. Se estima que hay 44 millones de beneficiarios, pero unos 30.000 planes adolecen de un déficit conjunto de casi 450.000 millones. Muchos de ellos son de empresas con excelente salud financiera.

La ley que Bush acaba de firmar va a forzar a que las compañías destinen a la caja de las pensiones el 100% del dinero comprometido en siete años (salvo algunas aerolíneas que tienen 10).

¿Es esto un seguro que garantiza estos planes de pensiones? Por la sonrisa de Bush en la foto que salió de aquel acto se diría que si. Sin embargo, es improbable.

La nueva legislación no hace nada por cambiar la tendencia acelerada de congelar los planes de pensiones (que se cancelan para nuevos empleados y se ajustan para los más antiguos) y sustituirlos con los 401k. Es un sueldo a cambio de una cuenta de ahorros que dura lo que dura y depende de los vaivenes de los mercados.

Es más, la reforma, anima a ello y lo facilita al hacer indefinidos recortes fiscales que favorecen el ahorro en el 401k. Eso sí, se obliga a la empresa a abrir esta cuenta a no ser que el trabajador la rechace. Antes de la reforma, el empleado debía pedir su apertura y muchos se suelen quedar al margen (por desconocimiento)

Aunque el objetivo es dar estabilidad a los planes de pensiones, los analistas creen que la obligación de dotar la caja y lo atractivo de la alternativa para las empresas, acelerará su final.

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