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Para invertir

Los casinos virtuales mueven ya un negocio millonario

Compañías con crecimientos anuales del 500%, caídas de cotización del 27% en una jornada, fundadores que un año después de la OPV se embolsan 350 millones de euros, directores generales detenidos por conspiración… el negocio mundial del juego en internet ha dado muestras de ser una tarta muy jugosa pero no recomendable para alérgicos al riesgo.

Las empresas españolas no pueden, sin embargo, participar de este banquete debido al vacío legal existente -las competencias sobre juego pertenecen a las comunidades autónomas pero aún no se ha desarrollado ninguna normativa específica- aunque esta situación podría tener sus días contados si, como se prevé, la Comunidad de Madrid y la Generalitat catalana publican a corto plazo reglamentos sobre el juego en línea.

Este cambio jurídico permitiría a las empresas nacionales lanzar sus propios portales de apuestas deportivas y juegos de mesa virtuales, como el póquer o el bingo. Un negocio, hasta ahora restringido a las compañías basadas en el extranjero, que el pasado año registró 550.000 usuarios y movió 255 millones de euros, según la Asociación española de apostadores por internet (Aedapi).

La Comunidad de Madrid y la Generalitat prevén publicar a corto plazo reglamentos sobre el juego telemático (por internet y por teléfono)

Se trata únicamente del aperitivo, coinciden los expertos. Por un lado, el potencial del mercado local es muy grande, si se tiene en cuenta que el sector tradicional del juego contabilizó en el mismo periodo 28.335 millones, según el último informe del Ministerio del Interior. En la escena internacional, por otra parte, la regularización representa la llave de acceso inmediato al mercado mundial de apuestas online, estimado en 9.335 millones de euros en 2005.

La nueva normativa terminaría con la ambivalencia que propicia la ausencia de barreras en internet: las empresas españolas no pueden obtener licencias para lanzar sus propios portales mientras que las casas de e-gaming extranjeras, con sede en paraísos fiscales, aceptan apuestas de jugadores españoles sin control legal ni pagar impuestos.

Basadas en Gibraltar, Malta o Costa Rica, compañías cotizadas en Bolsas europeas como Bwin, Unibet o Sportingbet, han entrado con fuerza en el mercado español, creando portales en castellano y catalán y gastando millones de euros en patrocinar equipos deportivos de primera fila como el FC Barcelona (Bwin), el RDC Español (Interapuestas) o el Real Betis (Globet). Un escenario que contrasta con las elevadas cargas y la prohibición publicitaria que sufren los operadores tradicionales del juego.

'El objetivo es acabar con el vacío legal para dar seguridad jurídica y transparencia a los ciudadanos que quieran practicar este tipo de actividad', afirman desde la Consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid. El proyecto, actualmente en debate en el Consejo de Estado, contempla apartados dedicados a la protección del menor, la restricción de inscritos en el registro de prohibidos o a las apuestas no permitidas, como aquellas sobre acontecimientos políticos.

Aunque la Administración del Estado transfirió la denominada Ley del juego a las Comunidades hace más de una década, tan sólo el País Vasco había trabajado anteriormente sobre un proyecto de reglamento que nunca vio la luz.

Con este cambio jurídico podría trasladarse a España un fenómeno que se ha visto en los mercados extranjeros, donde más de 50 compañías de e-gaming han salido a cotización en los parqués europeos en los últimos tres años. A la cabeza por capitalización bursátil, se encuentra el monopolio griego de juegos de azar Opap seguido por la británica Partygaming, número uno mundial de póquer online, que en su debut superó el valor de la casi centenaria British Airways, primera aerolínea en el Reino Unido. El tercer lugar lo ocupa la también británica Ladbrokes.

Estos títulos sufren de una elevada volatilidad debido a la incertidumbre jurídica en la que operan sus compañías y a la pugna contra el juego en línea que desde hace más de una década mantiene EE UU, origen del 50% del total del negocio mundial.

Los responsables de las principales web de apuestas aseguran, no obstante, que las iniciativas destinadas a prohibir este negocio están condenadas al fracaso ante la imposibilidad de controlar el sistema. 'El desarrollo del juego en internet en todo el mundo es imparable' afirma Juan Borrachina, presidente de la Aedapi y director en España del portal Unibet.com. 'La demanda social no para de crecer y no se pueden poner puertas al mar', concluye.

El gran mercado de acciones 'e-gaming'

En espera de un probable cambio de escenario legal en España, el inversor que busque exposición en la industria de apuestas en internet dispone de un amplio abanico de valores en los mercados bursátiles internacionales.Desde el estable monopolio griego Opap, pasando por el volátil gigante británico Partygaming hasta el pequeño conglomerado italiano Snai, la oferta es tan diversa como pueda serlo el tipo de comprador. Entre los factores a tener en cuenta a la hora de colocar sus ahorros en esta industria, destaca la regulación legal de los países en los que operan, la dependencia al mercado norteamericano y el porcentaje de sus ingresos que procede realmente de las actividades de apuestas online.Aunque la mayoría de las compañías de e-gaming ganaron en credibilidad cuando empezaron a cotizar en el mercado londinense, 'las cotizaciones de sus valores no se estabilizarán hasta que no haya más claridad sobre la situación legal en EE UU, su principal mercado', afirma Charles Hall, analista de Panmure Gordon en Londres.Hall hace referencia al último sobresalto bursátil del pasado mes de julio cuando las principales compañías cotizadas de apuestas en línea, cómo Partygaming, 888 Holding o Sportingbet, perdieron en una semana más de 1.000 millones de dólares tras la detención del máximo responsable del portal de juego BetOnSport, David Carruthers, y la aprobación de un proyecto de ley que prohíbe los juegos online.Otros gigantes, como William Hill y Ladbrokes, se ven menos afectados por estos vaivenes, debido al menor peso de los negocios e-gaming sobre el total de sus actividades.

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