Muerte de tirano
Vivo o muerto, Fidel Castro le regaló a Miami una noche de alegría (...). Su férrea dictadura ha destruido con paralela impunidad las almas y las haciendas (...).
Signo de que no haya fallecido (...) lo tenemos en los discretos (...) controles de seguridad (...). En una semana, a lo sumo en dos, Fidel tendrá que asomarse a una ventana y agitar su manicurada mano (...). Vivo o muerto, habrá obligado a los cubanos (...) a enfrentar la certeza que menos le ha convenido jamás. Y es que (...) hay vida (una mejor vida) después de Fidel.
Andres Reynaldo, en El Nuevo Herald, Miami
l El principio del fin en Cuba Cuba se prepara, Miami celebra y Washington le quita el polvo a sus planes (...). El principal objetivo de EE UU debe ser el de conseguir una transición pacífica hacia la sociedad democrática y económicamente dinámica que los cubanos llevan décadas soñando (...).
Washington debe pensar en establecer contactos con los sucesores de Fidel y Raúl Castro (...). Si se relajan pronto los términos del embargo se podría fortalecer a la maltratada clase media cubana y ayudarla a tener un papel activo en la transición política (...). EE UU (...) debe sobre todo disuadir a los cubanoamericanos de precipitarse a casa para reclamar propiedades y oficinas políticas.
The New York Times, Nueva York