Mercedes SLR 722 Edition, una flecha de leyenda
La marca lanza una serie especial del espectacular modelo para conmemorar la victoria en las Mil Millas de 1955
Los éxitos deportivos en la firma de la estrella no son algo nuevo. Es más, con Fernando Alonso a las puertas de la escudería, donde promete dar batalla durante tres años a partir de la próxima temporada, pueden convertirse en una constante cada quince días. Mieles de éxito que, por otra parte, Mercedes ya saborea en certámenes tan competitivos como el prestigioso campeonato de turismos germano DTM, donde se bate con poderosos CLK.
En el pasado existen momentos imborrables en este mismo ámbito, como la victoria en las prestigiosa Mille Miglia (Mil Millas) italiana de 1955, con Stirling Moss y Denis Jenkinson a los mandos de un legendario 300 SLR alas de gaviota. Precisamente, para conmemorar aquel triunfo medio siglo después llega una serie especial del inalcanzable -su precio ronda los 700.000 euros- SLR McLaren, llamada 722 Edition. Y es que el coche de Moss y Jenkinson lucía ese mismo número, alusivo a la hora de salida de la carrera (7.22).
En detalle, y frente al SLR convencional, el 722 Edition se caracteriza, en primer lugar, por un incremento de potencia cifrado en un 4%, de modo que los 626 CV originales que emanan del propulsor 5.4 V8 Kompressor, desarrollado y puesto a punto por la división deportiva de la marca AMG, dan paso a 650.
El habitáculo se mantiene biplaza en un entorno de máxima deportividad
Aunque ligerísimamente, las prestaciones de esta exclusiva máquina casi de carreras son algo mejores -la velocidad máxima asciende a 337 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h se contiene en 3,6 segundos-. Mantiene el cambio automático y secuencial de cinco marchas Speed-Shift con botones de gestión/transición en el volante, y también la tracción posterior con diferencial autoblocante. Por su parte, la tara se establece en 1.768 kilos (cada caballo ha de mover 2,72 kilos de vehículo), un tanto elevada para lo habitual en rivales teóricos al estilo de los Ferrari Enzo y Porsche Carrera GT. Por supuesto, el habitáculo se mantiene estrictamente biplaza; un entorno de máxima deportividad, con todo lujoso y ergonómico, ideado para disfrutar al máximo de la conducción durante kilómetros.
Eso sí, Mercedes ha reforzado diversos aspectos dinámicos. Por ejemplo, el chasis recibe discos delanteros de freno de 390 milímetros (370 en el modelo original), además de llantas de aleación de diseño exclusivo y 19 pulgadas, en lugar de 18.
Por otra parte, la suspensión es más dura, menos flexible, y acerca el conjunto al suelo diez milímetros para reducir un de por sí mínimo centro de gravedad -aminora el balanceo en curva-, mientras que la zaga recibe un difusor -dirige el flujo aéreo bajo la carrocería- y el frontal un spliter, una suerte de protuberancia que separa verticalmente el flujo de aire, al más puro estilo Fórmula 1 -la estética del SLR, sobre todo frontal, remite poderosamente al modelo que conducen Raikonen y De La Rosa-.