La industria musical se reinventa desde el móvil
En 2009 la descarga de canciones en el teléfono moverá el 44% de las ventas de música en España
Tras vender millones de copias en todo el mundo y convertirse en uno de los grupos más emblemáticos de la música en español, Hombres G se oferta a través del móvil. Uno de sus conciertos, grabado en la plaza de toros de Las Ventas, se ha comprimido y se encuentra en el disco duro del Nokia N91, un dispositivo capaz de guardar hasta 3.000 canciones. Su viaje del CD al móvil no es el único. La Oreja de Van Gogh, una de las bandas que más vende en España, eligió a Movistar para el lanzamiento de su último trabajo, al igual que Madonna y Maná.
Y este sólo es el principio de una revolución, impulsada por la tecnología, que marca nuevos cánones para la industria musical. Los fabricantes de teléfonos hacen la competencia a quienes producen dispositivos MP3; los operadores pugnan en ventas con las tiendas de discos; las propias discográficas se han metido a mánager y promotoras de conciertos; desde populares páginas web se alberga el intercambio gratuito de canciones; proveedores de internet han abierto grandes discotecas online, etcétera.
En un mundo completamente digitalizado cada cual busca su hueco ante la atenta mirada de los autores, cuyo esfuerzo se centra en taponar el chorro de pérdidas que supone la piratería. Sólo en 2005 los españoles descargaron desde internet más de 350 millones de archivos musicales de forma gratuita, según cálculo de las discográficas agrupadas en la asociación Promusicae. La venta a pie de calle de discos pirateados se hizo, por su parte, con el 16% del mercado.
Discográfica y autor ganan entre el 60% y el 70% de cada descarga en el teléfono
La SGAE lleva años advirtiendo que el sector está en crisis. El síntoma más claro es que las distribución de música grabada ha caído un 6% en todo el mundo a lo largo de 2005 y un 5,7% en España. 'El nuevo entorno tecnológico requiere un nuevo entorno legislativo que persiga el fenómeno delictivo de la copia ilegal', opina Francisco Galindo, secretario general de la Fundación Autor.
Frente al problema del CD, el consuelo para los artistas viene en forma de buenas previsiones para la demanda de música desde el móvil. La recaudación por canciones y tonos sujetas al pago de derechos de autor ha subido un 56% entre 2004 y 2005, según datos que maneja la SGAE. Pero no es suficiente. 'La música digital encauza el 2,5% del negocio de las discográficas frente al 10% que arrojan otros países europeos', dice Antonio Guisasola, presidente de Promusicae. La misma organización calcula que a la vuelta de cinco años el CD y las descargas se repartirán la distribución musical en España a partes iguales.
Las otras vías que se abren a estrellas y discográficas para mantener sus ingresos son cerrar acuerdos con las principales distribuidores de música de pago por internet (iTunes, Rhapsody, Napster o MusicNet entre otras), crear tiendas online propias y echarse a la carretera en interminables giras de conciertos.
'El futuro está en el mundo digital, ya hay un público que prefiere pagar por una canción descargada desde el móvil o el PC que por un CD completo. Entre todos trabajamos por incentivar sitios de descargas legales como puede ser el Itunes de Apple', cita un portavoz de Emi Music España. 'A cinco o diez años vista los discos seguirán a la venta en grandes distribuidores y el tirón más fuerte vendrá del móvil. Las discográficas seguiremos centradas en crear artistas', cree Andrés Ochaíta, director de marketing de Universal Music España.
Hasta ahora el precio de venta de un disco a un mayorista se repartía entre productora (17,4%), autores de letra y música (11,7%), artista (12,1%), estudio y productor artístico (11%), fabricante del CD (15,7%), marketing (26,7%) y operador logístico (5,4%), según el Libro Blanco de la Música en España.
Los nuevos canales de distribución varían el modelo de negocio. Y es que la discográfica puede optar por sustituir la tienda convencional por un portal en internet u operador de móvil y ahorrarse el margen de venta al público además del CD y su distribución. Narip, patronal de las discográficas en EE UU, sostiene que el sello recibe entre el 60% y el 70% de cada descarga y éstas vienen a costar entre un euro (internet) y euro y medio (móvil).
Ante el mayor número de participantes en el mercado, las discográficas buscan espacios de expansión hasta ahora desatendidos: 'Los sellos comienzan a gestionar las giras de sus estrellas, un negocio en el que no habíamos entrado', explican desde EMI, que se ha convertido, por ejemplo, en mánager de Robbie Williams. La figura en peligro de extinción es, por tanto, la del representante, que es quien firma con el promotor y suele ingresar aproximadamente el 20% del caché de una estrella contratada para un concierto o un simple anuncio publicitario. 'En la música está pasando como en el fútbol y ya hay empresas que, tras invertir millones en un artista, tratan de obtener beneficios más allá de la venta de discos. Cada vez son más importantes los conciertos y las acciones de marketing', afirma Guisasola desde Promusicae.
La asociación que representa a las productoras reconoce que su sector depende ahora de la 'capacidad de adaptación a un entorno complejo y de la configuración de nuevos modelos de negocio que convivan con los actuales'.
En río revuelto, los pescadores que más ganan son los operadores de telefonía, convertidos en colaboradores de primera magnitud de las discográficas. En dura pugna por el cliente dispuesto a sustituir el popular iPod -el reproductor de música digital más vendido del mundo- por un teléfono multimedia, Vodafone mantiene un acuerdo con Universal Music Group por el que lleva hasta sus abonados la música de grupos como U2, Eminem o Keane. Vodafone oferta una discoteca con 600.000 temas.
Movistar ofrece el mismo número de canciones y ya debe a la música el 50% de sus ingresos por distribución de contenidos. Amena, por su parte, explota el servicio Bajacanciones con una oferta de medio millón de títulos. Su cliente paga 1,5 euros por descarga y tiene derecho a realizar tres copias legales.
Tal es el tirón de la música digital que tres de cada diez celulares vendidos por la cadena The Phone House en España pueden reproducirla con gran calidad. 'Nos hemos convertido en la esperanza de las discográficas y son ellas las primeras que apuestan por el móvil antes de salir a la calle con un disco. Lo último es aunar la oferta de un teléfono, el servicio de un operador y una novedad musical en exclusiva', declara Alicia Jimeno, responsable de contenidos musicales de Movistar.
Un negocio en evolución. Entre la crisis y los nuevos negocios
'Top manta'. Un 16% de la música que se distribuye en España viaja por cauces ajenos a la legalidad, como son el top manta y el discutido intercambio de archivos en internet. Según datos de Promusicae la venta de música grabada en CD cayó un 5,7% en 2005 y acumula un descenso del 39% desde 2000.Conciertos. Como mecanismo de defensa ante la piratería, los grupos han vuelto a la carretera. Las actuaciones en directo registradas en 2005 superaron las del año anterior en un 3,2% y el pasado 17 de junio se retransmitió el de más éxito, el que conmemoró el 40 aniversario de Los 40 Principales, que se pudo seguir por el móvil.Fenómeno MP3. El mercado de reproductores de música en MP3 crece a un 19% interanual, según la consultora IDC, cuyos cálculos desvelan que el 30% de los dispositivos son demandados en Europa. La firma prevé que en 2006 se vendan 150 millones en todo el mundo. España representa el 8% de las ventas europeas.Promoción gratuita. Internet se ha convertido en el medio natural de grupos nuevos con escasos recursos. Cuelgan sus canciones en la red y el boca a boca se encarga del resto. La red ha encumbrado en los últimos meses a El Koala, La Terremoto de Alcorcón o al tema Amo a Laura... que ha servido de promoción a la MTV.