Nadie juega ya con Brasil
La salida anticipada de Brasil de la Copa del Mundo de fútbol no sólo ha supuesto un disgusto a la afición. Los comerciantes brasileños, aprovechando el entusiasmo generalizado, habían llenado sus estanterías con camisetas de la selección y todo tipo de artículos con los colores de la bandera. Pero ¿quién quiere en estas fechas comprar la elástica amarilla de Ronaldinho?
'Algunas tiendas tendrán que pedir créditos para pagar sus inversiones', afirma Daniel Plá, representante de los minoristas de Río de Janeiro. Unos tres millones de camisetas se han quedado sin vender en el país y difícilmente saldrán a precio de coste. En Río las tiendas sólo han facturado 30 millones de reales (11,4 millones de euros) de los 50 que tenían previstos en artículos de la selección.
'Estaremos 20 o 30 días sin vender', augura Luiz de Lima, gerente de Mariu's Sports. Muchos productos se recuperarán para otros acontecimientos futbolísticos, cuando pase el berrinche, pero otros enfocados específicamente al hexacampeonato que habría logrado Brasil han quedado ridículos, como las camisetas con el lema Rumbo al hexa, o los álbumes de fotos que rezan Brasil hexacampeao.
Tres millones de camisetas esperan almacenadas a que pase la decepción
En la madrileña tienda Fútbol Total también han sentido la derrota: de vender seis o siete camisetas de Brasil al día, han bajado a una, lo habitual cuando no hay Mundial. 'Cuando empiece la Liga y Ronaldinho vuelva a jugar bien con el Barcelona, volverá a venderse su camiseta de Brasil', señalan esperanzados en la tienda. 'La gente compra más por el jugador que por la selección'.
En Brasil, de hecho, se espera que el enfado no dure mucho. Los pocos comercios que siguen haciendo negocio con el fútbol brasileño están en los barrios de Ipanema y Copacabana, donde los turistas aprovechan la caída de los precios. El Mundial, en todo caso, ya había dado de sí, con un aumento de las ventas de más del 40% en algunas tiendas deportivas. 'Ya habíamos cumplido los objetivos', apunta Eduardo Rosenberg, de Roxo e Doentes.
Aún es pronto para saber el efecto de la derrota en las ventas de Nike, que viste al equipo, puesto que sus pedidos están cubiertos con seis meses de antelación. Antonio Ballabriga, del Instituto Noos, cree que la camiseta brasileña no tendrá problemas para seguir siendo la más vendida del mundo, y que 'el impacto a corto plazo no debe oscurecer la exitosa evolución de Nike en el fútbol'. Desde 1998 su facturación en artículos de este deporte ha crecido de los 40 a los 1.500 millones. Y tiene contrato con Brasil hasta 2018.
Los ídolos caídos de las campañas publicitarias
Al final el jogo bonito era sólo marketing. Los jugadores brasileños ni ganaron, ni jugaron bien, al contrario de lo que proponía la campaña de Nike. Pese a ello, al estar protagonizada por estrellas de todo el mundo, no sólo brasileñas, seguirá funcionando, según Antonio Ballabriga, del Instituto Noos de estudios de marketing deportivo. Una portavoz de Nike defiende que el concepto 'va más allá de un partido concreto, tiene que ver con la personalidad de los futbolistas'.Eso sí, en Brasil están desapareciendo a marchas forzadas las campañas publicitarias de los últimos meses, casi todas ellas relacionadas con los hasta hace poco héroes brasileños. La más grande era la de Santander, que invirtió 78 millones de euros. Las empresas desmontan a toda prisa los anuncios que decoran las calles y graban nuevos comerciales para llenar los espacios que ya habían comprado en las televisiones.