Un consultor logró 38.000 contraseñas de la red del FBI y accedió a datos de testigos protegidos
Un tribunal de EE UU podría condenar a 18 meses de cárcel a Joseph Thomas Colon, un consultor de la compañía BAE Systems que en 2004 logró hacerse con las contraseñas de 38.000 empleados del FBI -incluyendo a su director, Robert S. Mueller- y acceder a los datos secretos del sistema del programa de protección de testigos. Como consecuencia de esta intrusión, la agencia federal tuvo que cerrar su red informática e invertir millones de dólares en mejorar la seguridad, según The Washington Post.
En un juicio celebrado el pasado mes de marzo, Colon se declaró culpable de cuatro cargos por acceder intencionadamente a un sistema informático excediendo lo que tenía autorizado, por lo que podría ser condenado a 18 meses de prisión, según el Post.
El consultor, que trabajaba para BEA Systems en las oficinas del FBI en Springfield, en el estado de Illinois, afirma que lo único que hizo fue saltarse algunas trabas burocráticas y usar algunas contraseñas para ayudar mejor a la agencia federal a instalar un nuevo sistema informático, y asegura que sus acciones contaban con el visto bueno de los agentes de Springfield.
En su declaración ante el juez, señala que accedió al sistema del FBI utilizando la contraseña de un agente especial, y que utilizó dos programas de hacking que descargó de Internet para colarse en una de las bases de datos más secretas de EE UU.
El Gobierno, por su parte, no cree que el consultor intentase dañar la seguridad nacional, pero la acusación ha señalado durante el juicio que la curiosidad de Colon pudo poner al descubierto información sensible.
Una esperada renovación
Los defectos informático del FBI se identifican a menudo en EE UU como uno de los mayores obstáculos para que esta agencia gubernamental mejore en su misión de lucha contra el terrorismo.
La modernización de los sistemas de este organismo han sufrido muchos retrasos y parones, y la noticia de una intrusión por parte de uno de los consultores que trabajaban para renovarlos es sólo el último de los fiascos informáticos de la agencia.
El FBI llevó a cabo un programa de modernización llamado Trilogy, que costó 535 millones de dólares pero no logró proporcionar una herramienta adecuada para que los agentes gestionaran la información de sus investigaciones. Si se llevó a cabo la renovación del hardware de oficina, con la llegada de miles de ordenadores nuevos, pero el desarrollo de un nuevo sistema para gestión de casos, conocido como Virtual Case File, fue abandonado en 2005 tras una fuerte inversión. En marzo de este año la agencia federal anunció que gastaría otros 425 millones de dólares en un intento de acabar el trabajo.