España suspende en móvil UMTS... y por muchos años
La buena noticia es que los servicios de tercera generación de móvil -UMTS- van a despertar en España. La mala, que el retraso acumulado va a pasar factura e impedirá al país recortar la ventaja que le llevan la mayoría de las naciones europeas. Los datos sólo llegan hasta 2010, pero dejan claro que en ese momento no se habrá cerrado la brecha; ni siquiera se estará cerca de ello.
Así lo reflejan las cifras contenidas en el informe eEspaña 2006 de la Fundación France Télécom, que se presentará el próximo día 12 y al que ha tenido acceso este diario.
Aunque la tecnología de tercera generación está todavía en su infancia en casi todos los países, España ya parte en desventaja. La penetración a cierre de 2006 estará un 33% por debajo de la media de Europa Occidental, según las estimaciones del informe, con los países que han visto desarrollarse en sus mercados a un operador fuerte exclusivo de UMTS en cabeza.
Poco a poco, sin embargo, la tercera generación irá calando en España, pero habrá que esperar a 2009 para que llegue a más de un tercio de la población.
Y es que, a pesar de los deseos de cambio tecnológico que expresan las encuestas, los españoles se muestran bastante reacios a usar las potencialidades de la banda ancha en el móvil. Un buen ejemplo de ello son las cuotas de alta y conexión, esas que se abolieron hace ya años y que sólo paga un porcentaje muy bajo de clientes en un número muy reducido de contratos. Pues bien, según la tarta de distribución de ingresos de telefonía móvil de 2005, los españoles pagaron más dinero a las operadoras por cuotas de alta que por tráfico de datos -un tímido 2,2%-, excluyendo de éste, por supuesto, los mensajes cortos.
Los expertos siguen esperando la llegada de la ansiada killer application, el servicio estrella que conseguirá adhesiones por millares a la nueva tecnología celular. En la televisión por el móvil hay depositadas bastantes esperanzas, pero más todavía en las capacidades de las redes celulares para conectar a internet ordenadores portátiles. En cuanto a la velocidad -gracias al HSDPA-, la cobertura y el precio lo permitan, el ADSL tendrá un formidable enemigo en la banda ancha que se lleva adonde se quiere, dicen los expertos.
Pero al margen de la brecha con Europa y a la espera de la killer application, no se puede decir que al móvil español le vayan mal las cosas. La penetración ha superado durante el primer trimestre el 100% de la población y seguirá subiendo, eso sí, de forma más contenida que hasta ahora. La barrera de los 30 millones a los 40 millones de clientes se saltó en cuatro años; llegar a los 50 millones puede llevar una década.
Con más usuarios, las operadoras lograrán más ingresos, a pesar de la caída constante en los precios de la telefonía móvil que reflejan los estudios. Pero es que las compañías han logrado que los clientes consuman cada vez más, hasta el punto de que cada usuario gasta una media de más de 35 euros al mes. Los últimos datos dicen que año a año la facturación aumenta a un ritmo del 20%.
Y con más ingresos, la distancia con la telefonía fija se hará aún más grande. Hace ya tres años -en 2003- que el móvil superó a la forma más tradicional de comunicarse por facturación. Ahora, de hecho, sólo las ventas generadas por las tres operadoras de móvil suponen el 1,2% de la cifra total de PIB en España, lo mismo que la telefonía fija e internet juntos.
Varios terminales en el bolsillo
Hasta el momento, los expertos han comparado el número de móviles con la población para hacerse una idea de su extensión y crecimiento. Ahora que la cifra de terminales ha superado a la de habitantes, la relación debería ser otra. Por supuesto que hay ciudadanos que no usan la telefonía celular y la clave está en encontrarlos.Según el informe eEspaña, un 25% de la población no utiliza el celular -con datos de 2005- o, lo que es lo mismo, la penetración de la telefonía móvil es del 75%, si se cuenta sólo una vez a los usuarios con más de un terminal.El tramo de población que menos puede vivir sin un móvil en el bolsillo es el que tiene entre 26 y 35 años y muy cerca están los que cuentan entre 14 y 25 primaveras. En este grupo, poco más del 5% soporta la vida diaria sin la tecnología celular. A partir de los 36 años, el uso va decayendo, hasta llegar al tramo de edad que comienza en los 66. A partir de ahí, sólo un tercio tiene móvil. Si a este grupo se le unen los niños, se encuentra ese 25% de la población que no usa celular, porque entre el resto la utilización es abrumadora.