El nuevo dueño de Chupa Chups mantendrá los centros de trabajo
Cataluña se queda huérfana de una de sus empresas más emblemáticas. El grupo italiano de confitería Perfetti ha llegado a un acuerdo con la familia Bernat, propietaria de Chupa Chups, para adquirir el 100% de su capital. La operación se produce tras el repliegue internacional y el cierre de fábricas iniciado tras la muerte del fundador de la firma, Enric Bernat, en 2003. Los nuevos propietarios han garantizado el mantenimiento de las fábricas.
El archifamoso caramelo de palo sucumbe al capital extranjero. Los propietarios de Chupa Chups, la familia Bernat, han acordado la venta de la compañía a la multinacional italiana de confitería Perfetti Van Melle, su aliado hasta la fecha en los mercados alemán y británico, donde cuentan con sociedades conjuntas de distribución. La venta se produce cuando aún no se cumplen tres años de la muerte del fundador de Chupa Chups, Enric Bernat, de cuya imaginación surgió el primer caramelo de palo a mediados de los años 50.
La operación, cuyo importe no ha sido desvelado, está pendiente del visto bueno de las autoridades europeas de Competencia. Perfetti Van Melle, uno de los gigantes del sector, con sedes en Lainate (Italia) y en Breda (Holanda), adelantó que Chupa Chups mantendrá sede en Cataluña. La firma catalana cuenta con una factoría en la localidad de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) y oficinas centrales en el World Trade Center de Cornellà. Chupa Chups también cuenta con centros de producción en Vilamayor (Asturias) y Zaragoza. En el mercado exterior, el grupo dispone en la actualidad de factorías en Rusia y México, después de que se deshiciera de sus plantas en Brasil, Francia y China. Esta decisión estuvo unida a la elaboración de un plan para reducir costes, contener la bajada de ingresos y mitigar pérdidas, ya que la compañía obtuvo sus primeros números rojos y redujo por primera vez ingresos en 2002. Desde entonces, el grupo de los Bernat trabajó para volver a ser rentable. Según sus últimos datos publicados, Chupa Chups obtuvo en 2004 unas ventas de 263,7 millones y unas pérdidas de 5,9 millones.
Representantes de la compañía se reunieron ayer con los sindicatos para darles a conocer la operación. Los nuevos dueños han garantizado el mantenimiento de sus centros de producción en España, aunque avisaron de posibles recortes en la condiciones laborales de los empleados de la factoría de Sant Esteve Sesrovires, lo que ha generado inquietud en la plantilla.
La dirección ya había advertido con anterioridad a los trabajadores de un posible recorte debido a la puesta en marcha de una nueva fábrica en ese mismo municipio que sustituirá a la existente. Chupa Chups cuenta con 823 trabajadores en España y 1.475 en todo el mundo. La venta coincide con la negociación del nuevo convenio colectivo. La dirección de Chupa Chups y los sindicatos se reunirán a finales de semana con la mediación de la Generalitat para impulsar las negociaciones.
Dos de los hijos del fundador, Xavier Bernat, presidente y Marcos Bernat, consejero delegado, continuarán cooperando con la empresa en los próximos meses para facilitar el traspaso de poderes. El presidente de Chupa Chups, indicó que la operación supone 'reforzar la situación competitiva de la empresa y asegurar un brillante futuro para sus marcas (Chupa Chups y Smint). La operación no incluye la venta de la Casa Batlló, el edificio modernista de Gaudí propiedad de la familia.
Tras los pasos de los Carulla
Los Bernat habían negado en numerosas ocasiones que la compañía buscara comprador y se mostraba únicamente a favor de establecer alianzas. Los rumores fueron más insistentes cuando un competidor, el grupo Agrolimen decidió vender su filial de confitería Joyco a la multinacional Wrigley. Finalmente, los Bernat han seguido los pasos de los Carulla y se desprenden de su negocio confitero.El nuevo grupo se acercará al líder mundial en productos de confitería con azúcar, ya que contará con más de un 6% de la cuota de mercado y estará sólo aventajado por la multinacional Cadbury Schweppes. Perfetti Van Melle distribuye productos de confitería y chicles en 130 países. Entre sus marcas se encuentran Mentos, Golia, Fruitella o Happydent. Este grupo prevé obtener unas ventas netas de 1.500 millones de euros para este ejercicio. Tiene 12.000 trabajadores y opera en los cinco continentes.