Los mercados temen un empate técnico en las elecciones
México celebra unas reñidas elecciones presidenciales este domingo que van a ser seguidas con mucha atención por las principales empresas españolas. El país azteca acoge buena parte de la inversión española en América Latina y en él han recalado con fuerza BBVA y Santander, a los que acompañan en menor medida la presencia de Telefónica Móviles, Iberdrola, Sol Meliá, Gas Natural o Endesa.
El entorno político no es por tanto una cuestión baladí ante la decidida apuesta española por México aunque, a diferencia de ocasiones anteriores y de otros procesos electorales en países latinoamericanos, la elección del nuevo Gobierno de México no parece quitar el sueño ni a empresarios ni a inversores. Los votantes mexicanos se debaten entre el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, de cariz conservador y que recoge el testigo del actual presidente Vicente Fox y entre la alternativa izquierdista de Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la revolución Democrática (PRD). Según las encuestas, ambos se disputan la presidencia del país por un estrecho margen de diferencia que deja fuera de juego al candidato del histórico PRI, que gobernó México durante más de 70 años hasta la llegada de Fox.
El conservador Calderón es el claro favorito de los inversores, según reconoce Citigroup en un informe en el que argumenta que una posible victoria del izquierdista López Obrador tampoco supondría una sacudida extrema para el entorno económico y empresarial mexicano. Citigroup, con fuerte presencia en México tras la compra de Banamex, prevé que el triunfo de López Obrador traería una corrección para la bolsa mexicana de entre el 5% y el 10% desde los niveles previos a las elecciones, mientras que la victoria del candidato continuista Calderón supondría, por el contrario un triunfal rally bursátil del 10%.
La campaña electoral ha coincidido con la corrección del conjunto de mercados y divisas de países emergentes
Aun así, y pese a la preferencia inversora por Calderón, Citigroup concluye que un gobierno de izquierdas 'no sería un desastre para el mercado financiero mexicano'. De hecho, el banco estadounidense ha elevado recientemente su visión de México a sobreponderar, con el respaldo de la fortaleza de las empresas del país y de la continuidad de la solidez de sus resultados.
Más que a un viraje de signo político en el gobierno de México, el mercado teme más a un empate técnico, a un resultado electoral incierto que pueda ser impugnado por alguno de los candidatos. En opinión de AMB Amro, el mayor problema para el mercado mexicano sería un empate y un marasmo jurídico como el que se vivió en las elecciones estadounidenses de 2000.
Las empresas españolas presentes en México optan por ser políticamente correctas y declinan mostrar sus preferencias por un candidato y otro, al tiempo que resaltan las bondades del mercado mexicano e insisten en que la incertidumbre electoral ha dejado de ser motivo acuciante de inquietud, lejos del reciente ejemplo de Bolivia y de la intensa volatilidad que precedió a la llegada de Lula da Silva a la presidencia de Brasil.
'Las anteriores elecciones de 2000 ya fueron el principio de la normalidad institucional en México', apunta José Manuel Martínez, director de economía internacional del Servicio de Estudios de Caja Madrid, para quien el actual nivel de la prima de riesgo de la deuda mexicana, que ha subido más del 50% en los últimos meses, no responde tanto al clima electoral como a la volatilidad que azota al conjunto de los mercados emergentes.
El spread de la deuda mexicana frente a la estadounidense, que mide la prima de riesgo que se paga por los activos del país azteca, ha pasado de un mínimo histórico inferior a los cien puntos básicos a finales de febrero al entorno actual de más de 150 puntos. 'Es el efecto general de aversión al riesgo que acusan los países emergentes', apuntan desde un banco de negocios. Así, el proceso preelectoral en México ha coincidido con la corrección bursátil global que se desató desde los máximos del 9 de mayo y que ha provocado el descenso de las bolsas emergentes y la depreciación de las divisas latinoamericanas. México acusa además su elevada dependencia de Estados Unidos, ahora bajo lupa por los indicios de desaceleración en su economía
Citigroup añade que, pese a la volatilidad añadida que ha podido inyectar en México la ventaja en las encuestas de López Obrador, su comportamiento ha estado en línea con el mercado. En un contexto de ventas generalizadas, el índice de Morgan Stanley MSCI México ha perdido el 18% desde máximos anuales, una caída similar a la del índice MSCI Latin America.
El negocio protege a BBVA de la volatilidad
BBVA es, sin duda, la empresa española que más intereses tiene en México. Al cierre del primer trimestre, la entidad que preside Francisco González era ya más mexicana que española, ya que obtuvo en el país azteca un beneficio neto de 378 millones de euros, por encima de los 363 millones de euros conseguidos en la actividad de banca minorista en España y Portugal.México es, por tanto, la filial abanderada de la presencia de BBVA en América Latina. Ya al cierre del pasado ejercicio, el banco ganó más dinero en el conjunto de América Latina que en el área de banca comercial española, por primera vez en su historia.La exposición de BBVA al mercado latinoamericano es seguida con lupa por el mercado. No en vano, la actividad en América Latina, y en especial en México, es ya marca de la casa en el banco. Sin embargo, la expansión del negocio de México, que creció al cierre de marzo el 68,6% interanual, con un ritmo de crecimiento en el margen de explotación del 64,5%, eclipsa en estos momentos la inyección de volatilidad que supone el proceso electoral en el país. 'Esa volatilidad queda compensada por la mayor calidad del beneficio y la fortaleza de la banca retail', sostiene Josep Prats, director de patrimonios de Ahorro Corporación.Aun así, el futuro político de México no pasa inadvertido para los sensibles mercados bursátiles. 'La última corrección de BBVA es en parte reflejo del clima preelectoral en el país. La acción lo debería haber hecho algo mejor porque se trata de un mercado estable. No hay tanto miedo a un cambio político', sotiene Carlos Berastain, analista de Deutsche Bank. Desde los máximos del 9 de mayo, BBVA ha retrocedido el 8,11%, frente al 6,47% de caída de su rival Santander, con menor presencia en México.'La situación en México sí tiene impacto en BBVA, pero no es una preocupación excesiva. La proximidad de Estados Unidos rebaja el riesgo político', sostienen desde ING Financial Markets.