La crisis energética marca la presidencia finlandesa de la UE
Finlandia asumirá mañana la presidencia semestral de la Unión Europea con el 'desarrollo de una política común energética como una de las prioridades', según la agenda de trabajo presentada ayer en Bruselas por el ministro de Exteriores finlandés, Erkki Tuomioja.
Las relaciones con Rusia, el posible impulso a la energía nuclear (Finlandia está construyendo en estos momentos un reactor) y la gestión del mercado de emisiones de CO2 serán algunos de los temas que probablemente cobren actualidad durante el semestre finlandés.
La inestabilidad de los mercados energéticos y la creciente dependencia exterior de la Unión Europea ha hecho, además, que Helsinki convoque una cumbre extraordinaria sobre el tema el próximo 20 de octubre.
El Gobierno finlandés espera que a la cita acuda el presidente ruso, Vladimir Putin, al que ha invitado a cenar junto a los 25 primeros ministros de la UE.
Bruselas quiere aprovechar la ocasión para presionar a Moscú a que ratifique el Tratado internacional de la energía, un acuerdo que facilitaría el acceso de las empresas europeas a los gasoductos que atraviesan Rusia.
Putin, sin embargo, se resiste a esa concesión, mientras que no tenga garantías de que se permite la entrada en los mercados energéticos comunitarios a su gigante público Gazprom. Las dos partes abordarán también el tema durante la cumbre del G-8 de próximo 15 de julio en San Petersburgo.
El mandato de Finlandia también coincide con una fase crítica en el proceso de ampliación de la UE. En octubre, Los 25 deberán decidir si Rumania y Bulgaria finalmente se integran en 2007, como parece probable, o se les mantiene en la sala de espera hasta 2008.
En octubre también se cumple el primer año de las negociaciones con Turquía. Y a los escasos avances registrados, se añade la advertencia comunitaria de que si Ankara no permite el acceso de los barcos con bandera a chipriota a sus puertos, Bruselas suspenderá las negociaciones.
Helsinki aviva el proyecto constitucional
'Aunque sabemos casi al 100% que el Tratado constitucional no entrará en vigor en su presente forma, la tarea de la presidencia es mantener vivo el proceso para poder retomarlo cuando llegue el momento', señaló ayer el ministro finlandés de Exteriores, Erkki Tuomioja. 'Espero que tengamos un nuevo Tratado en 2008, aunque no sea el mismo', señala Tuomioja. Y reconoce que, el primer cambio, probablemente, sea suprimir la palabra Constitución. Aún así, Finlandia espera convertirse este semestre en el décimosexto país que ratifica la frustrada Constitución.