Loranque el Grande syrah 2004, fruta y aroma
La syrah, uva que produce excelentes vinos en el Ródano y variedad triunfal de los tintos modernos australianos, se empezó a plantar en España a principios de los 90. A La Mancha llegó de la mano de Carlos Falcó, pionero en la elaboración de un vino con esta vinífera, el Marqués de Griñón syrah.
Hoy de moda en el mundo, en nuestro país su cultivo se ha extendido significativamente en los últimos años, sin duda por los buenos resultados que proporciona ensamblada con otras variedades y también en tintos elaborados exclusivamente con ella.
Cepa que necesita calor, sol, su aclimatación al viñedo manchego ha sido evidente en los últimos años, y muchas bodegas de la zona han apostado por ella. Como Finca Loranque, bodega situada en la localidad toledana de Bargas, y que inició su andadura en 1996.
Propiedad de la familia Díaz Bermejo, cuenta con 42 hectáreas de viñedo en las que se cultivan tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y syrah, tratadas con modernos sistemas de viticultura. Cuidado y selección de la uva, modernas prácticas enológicas y una nave de 300 barricas de roble francés, americano y húngaro para la crianza, son la base de una gama de tintos agrupados en dos marcas: Finca Loranque y Lacruz, ésta última más económica, todos ellos tintos coupages de las distintas variedades cultivadas.
En años de excelente cosecha produce una tercera, Loranque el Grande, como es el caso de este syrah 2004. Elaborado con las cepas más antiguas, parte de una larga maceración -para extraer todo el potencial aromático-, y realiza la fermentación maloláctica en roble francés, donde permanece por un espacio de 12 meses. Es un tinto de nariz atractiva, con frutas maduras (moras, arándanos), notas balsámicas y tostados de madera. De cuerpo medio, boca cálida, sedosa, equilibrado y final algo justo. Precio: 11 euros.