La inflación, contra los fondos
Dejar el dinero a un profesional para perder poder adquisitivo no parece muy buen negocio. Sin embargo, es lo que ha ocurrido en el último año con siete de cada diez euros depositados en productos de inversión colectiva. A pesar de que no ha sido un mal año bursátil, pues el Ibex marca una revalorización de casi el 14%, la inversión mobiliaria no renta. Ello es fruto, por una parte, del cóctel de inflación española y tipos de interés europeos, fenómeno que hace que en España los tipos reales sean negativos, una combinación de la que ha salido beneficiado el sector inmobiliario.
Por otra, los fiables y conservadores fondos del mercado monetario aún atesoran el patrimonio de millones de partícipes, a pesar de que en muchos casos las comisiones se comen la rentabilidad y de que los productos con más rendimiento de este segmento sólo llegan al 2,5%. Y es que pese a registrarse a comienzos del ejercicio una incipiente mejora en la aceptación por parte de los inversores de los fondos mixtos y de bolsa, con más perfil de riesgo, el atávico conservadurismo del inversor español no se ha corregido tras tres años de subidas en la Bolsa. El resultado, ahora que la inflación ha repuntado sin que los tipos de interés ofrezcan rendimientos elevados, es que el inversor ha visto como su cartera, en términos reales, se ha depreciado.
Los partícipes siguen, por tanto, volcados en los productos de menor rentabilidad -y menor riesgo- justo en el momento en el que los mercados parecen sugerir que tanto la época de dinero abundante como las subidas de la Bolsa tocan a su fin. Todo ello sólo puede contribuir acentuar esa perfil conservador del partícipe medio español.
La senda alcista iniciada por los tipos de interés desde finales de 2005 y, sobre todo, una deseable corrección de la tasa de inflación en España en los próximos meses podrían conformar un escenario más favorable para esos fondos de inversión tan apetecidos por los españoles.