General Motors negocia con Portugal la continuidad de su planta
El ministro portugués de Economía e Innovación, Manuel Pinho, recibió ayer al vicepresidente de General Motors Europa, Eric Stevens, para hablar sobre el posible cierre de la fábrica de Opel, filial de General Motors en Azambuja. Los participantes en la reunión declinaron hacer declaraciones al término con un escueto 'sin comentarios'. El encuentro duró hora y media.
El futuro de Azambuja es clave para la factoría española de Figueruelas, toda vez que su cierre supondría el traslado de la producción de la furgoneta Combo a las instalaciones aragonesas.
El pasado lunes, el diario alemán Handelsblatt informó, citando fuentes internas de General Motors, que el próximo 31 de octubre la fábrica se cerraría definitivamente y que el Gobierno portugués podría exigir una indemnización de 30 millones de euros en incentivos y subsidios concedidos a GM.
La multinacional lleva varios ejercicios insatisfecha con el rendimiento de sus instalaciones en Portugal. Durante este año, ha realizado un estudio de viabilidad y a finales de mayo, GM Europa anunció que la producción del Combo en Azambuja le cuesta 500 euros más por cada unidad, frente al coste total si la producción se llevase a cabo en otras fábricas del grupo en el continente europeo.
Los trabajadores de la planta contestaron a estas afirmaciones el pasado lunes con una nueva propuesta a la empresa para reducir esos costes. La fórmula de los trabajadores pasa por adquirir una prensa para evitar así que las placas tenga que ser enviadas a España, lo que eleva mucho los costes.