Todo cambia en la nueva Serie 3 Coupé de BMW
Todo es distinto para el último Serie 3 Coupé, a la venta desde septiembre, al que se sumarán en 2007 los Cabrio y M3. Y las novedades no sólo afectan a lo estético, habitualmente lo más llamativo, sino que comprenden sorpresas en el ámbito técnico.
Comenzando por el primer capítulo, su diseño, algo más estilizado y próximo al de una berlina que lo que podría esperarse de un contundente cupé, se inspira en el sedán de la Serie 3 del que deriva. Con todo, aplica aletas, faros -los delanteros bixenón de serie-, pilotos traseros -con diodos led en ciertas funciones, más longevos y rápidos de activar- y retrovisores exclusivos.
Por otra parte, la carrocería conjuga acero ligero en el bastidor y buena parte de los paneles con material sintético para el frontal. Una síntesis que ahorra diez kilos respecto a la berlina, al tiempo que centra masas suspendidas -del 50% por eje-, lo que condiciona un comportamiento tan neutro como seguro.
Ideado para cuatro ocupantes adultos, aunque detrás no hay demasiado hueco
Sobre el habitáculo, está ideado para albergar a cuatro ocupantes adultos, aunque detrás sin demasiado hueco para las piernas. Muestra trazos de la berlina aquí y allá -volante, diseño del salpicadero -, pero luce soluciones propias. Por ejemplo, un novedoso dispositivo de acercamiento de los cinturones de seguridad a los pasajeros delanteros, nunca antes usado en la Serie 3 y que evita a éstos torsiones bruscas para alcanzarlos.
Inicialmente, el elenco de motores se compondrá de tres opciones de gasolina y una cuarta de gasóleo, todas de seis cilindros en línea. Las primeras parten del 325i de 218 CV y 250 Nm de par máximo, más que suficiente para un importante número de compradores -247 km/h y 8,4 l/100 km-. Le siguen el 330i, que ya eleva fuerza a unos importantes 272 CV y 320 Nm -250 km/h y 8,8 l/100 km-, pero sobre todo el flamante 335i. Esta versión reclama interés al aplicar, por vez primera en un motor BMW de gasolina, dos pequeños turbocompresores que generan nada menos que 306 CV y 400 Nm, disponibles de forma constante entre 1.300 y 5.000 rpm. Equiparable a un V8 de idéntica potencia, pesa 70 kilos menos, consigue 250 km/h de velocidad punta -que limita la electrónica-, y consume bastante menos: una media oficial 9,5 l/100 km.
Sobre el turbodiésel, se basa en el actual 330d de 231 CV -250 km/h y 6,5 l/100 km-, que casa a la perfección con las excelencias dinámicas de un chasis de primera, capacitado para ofrecer tanto confort como dinamismo. Por cierto, la gama al completo llevará control de estabilidad DSC, llantas de aleación, climatizador de doble zona, sistema de sonido con mandos en el volante y un mínimo de seis airbag.
Rivales directos
Por lo que respecta a la competencia, el nuevo BMW tendrá frente a sí, en primer lugar, al reputado Mercedes CLK, que hace poco experimentaba un ligerísimo 'lavado de cara' para matizar el perfil de los paragolpes, la calandra y los pilotos. Calidad interior incrementada, imagen de marca un paso por delante del BMW y amplio elenco mecánico son otras de sus características.
Otro duro competidor será el Peugeot 407 Coupé, que ha subido muchos puntos la suntuosidad del 406 Coupé merced a una calidad mejor. Es más esbelto y presume de un chasis más robusto y aplomado, así como de una oferta mecánica de mayor rango, sobre todo en gasóleo.
Resta el Alfa Romeo GT, como los anteriores de cuatro plazas. Su conducción es segura y divertida -su dirección es rapidísima- y su estética, cautivadora. Sólo la calidad queda por detrás de la del BMW.