Las cooperativas agrarias pasan del corral a la mesa
Comenzaron su actividad en el sector agropecuario pero con el tiempo han desarrollado una importante línea de negocio en el sector servicios al crear redes de establecimientos que ofrece directamente sus productos al consumidor final. Lo han hecho a través de la franquicia y ya preparan un nuevo asalto para extender sus redes de forma masiva.
Coren y Guissona han sido los pioneros en seguir este modelo, que también podría extenderse a otras compañías más pequeñas. Tanto el grupo gallego como el catalán cuentan con unas sólidas estructuras que les han permitido pasar de la actividad agropecuaria a la restauración en poco más de una década, al mismo tiempo que han mantenido el crecimiento de su negocio esencial.
La franquicia BonArea (antes conocida como Área de Guissona) se creó en 1995, aunque la empresa matriz se fundó hace 47 años. El grupo posee dos grandes líneas de negocio: Agropecuaria de Guissona, que es una cooperativa que se dedica al engorde y cría de ganado, y Corporación Alimentaria Guissona, la sociedad anónima que se encarga de los procesos industriales, logísticos y comerciales. De ella depende la cadena de franquicias que ya posee 303 establecimientos (10 de ellos propios y el resto franquiciados) y cuenta con unos importantes planes de crecimiento. 'Unas 30 tiendas cada año durante los próximos tres años', asegura un portavoz de la empresa.
Hasta ahora, su expansión se ha realizado de un modo 'bastante rápido y de forma radial, basándonos en la localidad leridana de Guissona, sede principal del grupo y donde se concentra toda la producción y la logística'. Esto se debe a que en las tiendas se realiza reparto diario de producto procedente del complejo cárnico situado en Guissona.
Extendiéndose como una mancha de aceite, la cadena está ya presente en toda Cataluña, Huesca, Zaragoza, Teruel, Castellón y Madrid, donde posee dos establecimientos.
Un modelo similar ha seguido el grupo Coren, que ha concentrado gran parte de su actividad en Galicia, donde ya posee 42 establecimientos de la cadena Coren Grill. Los otros dos están en Madrid. Ahora, por primera vez, el grupo ha decidido apostar fuerte por su cadena de franquicias y se apresta a poner en marcha 'una campaña de captación de franquiciados para la zona de Galicia', según fuentes de la empresa. En una etapa posterior se plantearán abordar otras comunidades.
Según explica un portavoz de la empresa, la iniciativa surgió cuando 'en su afán de dar un paso más en el mundo de la alimentación, el grupo Coren se embarcó, allá por el año 1991, en la creación de una línea de establecimientos de venta directa de productos asados y comidas preparadas. Sobre la base de aquellos primeros stands de pollos asados de la viguesa playa de Samil o el barrio de Santa Cruz de Arrabaldo en Ourense, nacían los Coren Grill'.
En su modelo de negocio con los franquiciados, con quienes se vincula mediante contratos de 10 años, Coren cobra un canon de entrada de 9.000 euros y un royalty del 2,5% sobre las ventas mensuales, más un 1% en concepto de canon de publicidad. La catalana BonArea, en cambio, no fija cánones de entrada ni royalties, aunque sí establece una dimensión mínima de 160 metros cuadrados para los locales y limita también el tiempo de los contratos a 10 años.
La fórmula para desarrollar esta línea de negocio pasa por la diversificación de productos 'y la apuesta por la calidad, la trazabilidad y la seguridad alimentaria', coinciden ambos grupos.
Una línea de negocio con ventas al alza
Agropecuaria Guissona, la cooperativa agraria, facturó el año pasado 169 millones de euros, mientras Corporación Alimentaria logró una facturación de 761 millones. 'Si nos ceñimos a las tiendas BonArea, la cifra es de 384 millones', aseguran en la empresa. Esto significa que la cadena de franquicias factura ya más que el negocio agropecuario. Las tiendas BonArea representan 'un 80% de las ventas cárnicas', añaden.En cuanto a Coren, su facturación fue de 841 millones, de los que algo más de 5,5 millones corresponden a la Coren Grill. El 30% de las ventas de la enseña se realizan en tiendas propias y el 70% en las franquicias.