Ola de ascensos entre los ejecutivos españoles
Una ola de promociones entre los ejecutivos españoles les sitúa en la primera fila de las multinacionales
Los directivos españoles están de moda en el sector tecnológico. En el último mes se han contabilizado hasta seis nombramientos de españoles que han ascendido a la cúpula internacional de sus multinacionales. Eduardo Montes ha asumido la presidencia de negocio mundial de comunicaciones de Siemens; Antonio Anguita se ha convertido en el máximo responsable del negocio Fijo e Internet de France Télécom. Xavier Pascual ha asumido la dirección para el Sur de Europa de Toshiba y se convierte en vicepresidente europeo de la división de informática de la multinacional. Christian Barrios ha visto cómo sus responsabilidades dentro de Software AG crecían hacia Oriente Medio; Adolfo Hernández era elegido vicepresidente del negocio de Servicios de Sun Microsystem, que ya supone el 40% de los ingresos de la multinacional informática, y Javier Toledo que ha extendido su papel ejecutivo dentro de la compañía japonesa de impresoras Oki, asumiendo la presidencia de España, Italia, Portugal y Francia. La lista podría continuar, porque en el último año los fichajes internacionales han sido una noticia recurrente, como la de Amparo Moraleda, presidente de IBM de España y Portugal, que ha visto cómo sus responsabilidades se ampliaban a Israel, Grecia y Turquía.
Estos ascensos paralelos no son fruto de una coincidencia. 'El crecimiento de España en los últimos años con respecto a otros países ha revalorizado su participación en Europa, pasando de ser un mercado secundario a uno estratégico', opina Toledo. Todos coinciden en que los buenos resultados de las filiales españolas han sido determinantes en su elección.
Por citar unos ejemplos, Siemens en España ha multiplicado por cuatro su facturación y ha conseguido beneficios récord de 230 millones de euros de la mano de Eduardo Montes. La filial española de Sun ha logrado que sus clientes muestren el mayor índice de satisfacción en una encuesta interna de la multinacional. Y Toshiba España fue pionera en la integración del negocio de informática con el de electrónica de consumo que ha dado unos resultados muy positivos por lo que la fórmula se ha exportado a otras subsidiarias europeas.
Christian Barrios, vicepresidente de la Región Sur de Software AG, apunta otro factor: 'Hay una mayor visibilidad exterior de grandes empresas españolas. Santander, BBVA, Telefónica o Ferrovial nos han colocado con mayor notoriedad internacional', señala.
Es difícil hablar de un único perfil que caracterice a estos profesionales, aunque al ver sus trayectorias sí se ven rasgos comunes. El vicepresidente de Sun cree que 'cada uno de los nombres es único y peculiar, pero veo puntos comunes entre nosotros: una gestión eficiente de las diferentes filiales que representamos e innovación, ingenio y agresividad en las estrategias locales para dar mejor cobertura al mercado'.
Un rasgo que sí se repite claramente es la formación internacional de estos profesionales. Amparo Moraleda antes de ser nombrada presidenta de IBM España, estuvo en los cuarteles generales de la multinacional en EE UU. Y Christian Barrios asegura que uno de los mayores atractivos de su currículo fue haber trabajado ocho años en el Silicon Valley al comienzo de la revolución informática. 'Una cualidad básica para triunfar en un mundo globalizado y extraordinariamente competitivo es, además de estar técnica e intelectualmente preparados, tener una gran ambición', apunta Montes, que también resalta la importancia de la lealtad y el compromiso con la compañía.
Hoy la nacionalidad no es una barrera dentro de estas organizaciones, cada vez más globales y empeñadas en defender la diversidad cultural, aunque cuando los ejecutivos son sinceros reconocen que han tenido que superar ciertos prejuicios. 'A veces sí causa cierta extrañeza, pero es que somos nuevos en esto de ostentar responsabilidades a escala europea. Y tienes que salvar este gap inicial entre la expectativa de lo español y lo que realmente es', reconoce Pascual. Toledo lo tiene claro: 'en el momento en que el francés o el italiano entienden que aporto beneficios para su crecimiento no hay problemas'.
Las dos caras del éxito
Lo positivo de la experiencia, coinciden todos, es el poder aprender culturas empresariales distintas y compartir buenas prácticas.
Lo negativo es la falta de tiempo para estar con la familia. Se quejan de vivir en un avión y de que ya saben el verdadero significado de 'disponibilidad 24x7'.