Jazztel lleva a juicio su prestigio; Telefónica, su cartera
Contraste de testigos en la primera jornada del 'pleito de los 337 millones'
De un lado, Luis Lada, Julio Linares e incluso César Alierta. De otro, desconocidos representantes de empresas proveedoras. En un rincón, la búsqueda del prestigio y de un culpable al que responsabilizar de los incumplimientos del plan de negocio y de la caída de la cotización. En el otro, la defensa de la cartera en un ataque que puede venir seguido de muchos si no se corta de raíz.
Dos contendientes con estrategias legales y fines diferentes se vieron ayer las caras en el tribunal de primera instancia número 54 de Madrid. Uno de ellos era Jazztel. El otro, Telefónica. En juego, 337 millones de euros que le reclama la primera a la segunda por los presuntos perjuicios que le han causado los retrasos del ex monopolio en la provisión de servicios.
Jazztel y sus abogados -el despacho Cremades- apuntaron a lo más alto y citaron como testigos a los principales ejecutivos de Telefónica. Por el juzgado pasaron el actual presidente de la filial que lleva la telefonía fija en España, Luis Lada, y su antecesor, Julio Linares. Incluso César Alierta, presidente del grupo de telecomunicaciones, estaba llamado a declarar, aunque en su caso prefirió pagar la multa por ausencia que asistir al juicio.
Telefónica y sus letrados -Albiñana y Suárez de Lezo-, en una postura radicalmente distinta, optaron por bajar el nivel del juicio, restarle importancia y citar como testigos a representantes de empresas fabricantes o proveedores de equipos.
El juez determinará dentro de algunas semanas cuál fue más convincente. El objetivo de Jazztel no era otro que convencer al auditorio de que Telefónica pone trabas a sus rivales para obstaculizar la competencia y que, en su caso, estas trabas implicaron la ruptura de contratos en 2005. Y estos incumplimientos fueron los causantes del retraso en el despliegue de la red de banda ancha de la operadora desde las centrales del ex monopolio. Sin esta infraestructura era imposible captar clientes de ADSL y Jazztel asegura que fue este hecho y no un plan de negocio cuando menos optimista el causante de que los usuarios logrados en 2005 fueran muy inferiores a los previstos.
El perjuicio de todo ello lo ha cifrado Jazztel en 337 millones y sus peritos tendrán que convencer hoy al juez de que la cuenta que se ha hecho para llegar a este número se sostiene y parte de bases reales de ingresos dejados de percibir.
Telefónica, mientras tanto, basa su defensa en el cambio que sufrió Jazztel cuando Leopoldo Fernández Pujals llegó a la presidencia; en su insistencia en pedir más centrales de las que necesitaba y en sus reclamos de urgencia, distintos a la comprensión del resto de las operadoras.
En este argumento le ayudaron sus testigos, empresas proveedores de material y suministradores, que expresaron lo difícil que es cumplir los estrictos plazos que impone la normativa y cómo Telefónica les forzó a trabajar hasta en domingo dando prioridad a las peticiones de Jazztel.
También los testigos de la demandante -algunos, por lo menos-, ayudaron a la demandada. Y es que la petición de Jazztel de que fueran como testigos suyos los altos ejecutivos de Telefónica benefició más a la segunda. Por supuesto, estos directivos fueron muy comedidos con las respuestas a los abogados enemigos y muy proclives a criticar a la contraparte en las contestaciones a los defensores de su empresa.
La jornada de ayer vivió la parte más importante del proceso. Hoy hablarán los peritos que no intervinieron ayer y el juicio quedará visto para sentencia. Jazztel necesita que un tercero independiente avale que su plan de negocio es posible de cumplir y que si no lo ha hecho es por culpa de Telefónica, entre otras cosas porque la cotización ha perdido el brillo de los primeros tiempos de Pujals. El juez tiene la palabra.
Un negocio que puede llegar a ser redondo
Jazztel facturó el año pasado 247,9 millones de euros. Al juez le pide 337 millones de penalización a Telefónica y no es su única demanda. También ha interpuesto otra por motivos parecidos por 456,5 millones.Si consigue estas cifras o alguna parecida, Jazztel no sólo logrará recuperar la credibilidad del mercado, sino una inyección de fondos equivalente a varios años de negocio. Pero su caso no es el más llamativo. Hay otras compañías que también aseguran haber sufrido las trabas de Telefónica y reclaman penalizaciones que permite la normativa por importes mucho más desproporcionados con respecto a su facturación.Se trata de Ibercom y Dti2, dos empresas que Jazztel llamó como testigos. El argumento de la operadora es que son muchas las firmas del sector que tienen problemas con Telefónica, porque los retrasos en los suministros son una estrategia para bloquear a sus rivales y no un hecho puntual con Jazztel. Para demostrarlo, llamó a declarar a Lionel Fernández, presidente de la patronal de las operadoras alternativas, Astel, quien señaló que son muchas las compañías que han tenido enfrentamientos con Telefónica. Sin embargo, sólo Ibercom y Dti2 acudieron al juzgado.Según expresaron en el juicio los abogados de Telefónica, la primera tiene 93 clientes de ADSL, que le dan una facturación anual de 67.000 euros. Pide 94 millones en sus reclamaciones. Dti2 tiene un número parecido de usuarios y, siempre según los letrados de la demandada, exige 11 millones.