El dinero busca bonos de rentabilidad absoluta
Este incierto panorama que se ha apoderado de los mercados desde que el pasado miércoles 17 de mayo se conociese los datos de inflación de Estados Unidos ha impactado igualmente en la renta fija. Ha influido para cambiar en los movimientos del dinero, que en los últimos meses se dirigían básicamente a la renta variable.
'Por el contrario, lo que se ve ahora es que la liquidez se está dirigiendo en parte a la renta fija', estima Ramón Esteruelas, de ABN Amro. Pero los inversores prefieren los fondos de renta fija de rentabilidad absoluta, es decir, con gestión activa. 'Son fondos que se comporten bien con subida y bajada de tipos', añade.
Según los analistas, esto ocurre en parte porque la renta fija arroja pérdidas en estas etapas de subida de los tipos de interés, en contra de lo que se espera de estos activos. Se producen con la subida de las rentabilidades de los bonos, con lo que los precios bajan y también su valor liquidativo. En este caso, si un inversor quiere desprenderse de unas emisiones de renta fija antes que concluya su fecha de amortización y los ha adquirido con remuneraciones más bajas a las actuales, debe renunciar a una parte del valor del activo. El bono estadounidense a diez años está en una rentabilidad del 5,05% y el alemán a 3,88%.
En este sentido, Richard Urwin, director de asignación de activos de Merrill Lynch, señala que 'la rentabilidad de los bonos ha aumentado hasta un punto en el que son mucho menos interesantes que antes, tanto como inversión en sí misma como en comparación con la renta variable'.
Para el segundo semestre de este año, Urwin prevé subidas de tipos de interés progresivas en Europa, Japón y otros países de Asia, 'si bien lentamente y no hasta el punto que la política monetaria se vuelva restrictiva'. Por el contrario, estima que la estrategia de endurecimiento de la Reserva Federal de Estados Unidos está tocando a su fin. Respecto a los mercados monetarios, espera que continúe la presión sobre el dólar, que conduciría a una depreciación adicional. También Sasha Evers, de Mellon, señala que su firma sigue relativamente negativa en dólares por lo que cubrirían el riesgo en inversiones esa moneda con cobertura en euros o yenes.