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El museo Barreiros une la nostalgia con la vanguardia en el automóvil

El edificio, en Madrid, será un gran cilindro con las fachadas cubiertas por coches prensados.

Asociamos los museos a la historia, pero el mejor museo es el que concilia la memoria y el futuro', explicó ayer Luis Fernández Galiano, director de la revista Arquitectura Viva, en la presentación del proyecto del Museo de Automoción promovido por la Fundación Barreiros. El centro, que abrirá dentro de dos años en el municipio madrileño de Torrejón de la Calzada -no muy lejos de donde el pionero Eduardo Barreiros abrió su mítica fábrica de Villaverde en los años cincuenta-, aspira a ser 'uno de los mejores de Europa', según Mariluz Barreiros, hija del empresario y presidenta de la fundación.

La memoria la constituirá la colección que la fundación aportará, a través de la que se recorre la historia de una industria esencial del pasado siglo, en forma de homenaje a la figura de Barreiros. El futuro corre a cuenta de un vanguardista diseño, con enfoque medioambiental, desarrollado por los arquitectos Emilio Mansilla y Luis Moreno Tuñón, autores, en otros, del Complejo Cultural de El Águila de Madrid.

Una pasión por el automóvil y una admiración compartida por el empresario gallego han hecho posible el proyecto, promovido por la Fundación Barreiros y realizado por Luis Miguel Rodríguez, presidente de la empresa La Torre Centro Autorizado de Tratamiento. 'Luis Miguel es feliz, como lo era mi padre, cuando pasea por las naves de su empresa. A ninguno de los dos les gustaba encerrarse en su despacho', recordó ayer Mariluz Barreiros, al comparar el espíritu inquieto de su padre con el de Rodríguez.

'Merece la pena tener un centro de esta magnitud (...) por lo que la automoción ha significado y sigue significando en España', dice Mariluz Barreiros

El edificio tendrá forma cilíndrica y una superficie construida de 31.600 metros cuadrados repartidos en cuatro niveles. Su original fachada estará cubierta por coches prensados, que bien podrían provenir del parque de desguace de La Torre, frente al que se ubicará el museo. 'Como diría Luis Miguel, queremos convertir la chatarra en oro', explicó el arquitecto Emilio Mansilla. Los bloques de coches comprimidos, parecidos a ladrillos gigantes, son 'una evocación al visitante y también una actitud a favor del proceso de reciclaje', explicaron los arquitectos durante la presentación.

El primer nivel será la zona de acceso, con espacios para la restauración y las tiendas y, como pieza clave, un auditorio de 500 metros cuadrados. La exposición permanente, en un principio compuesta por los coches, tractores, y otras piezas automovilísticas de la fundación, a la que se incorporarán nuevos objetos con el tiempo, se repartirán en los 5.000 metros cuadrados del primer piso. Las dos alturas siguientes albergarán exposiciones temporales y otras salas de convenciones.

'Estoy convencida de que merece la pena tener en Madrid un museo de esta magnitud (...) por lo que la industria del automóvil ha significado y significa económicamente para España', explicó Mariluz Barreiros. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que también asistió al acto, recordó que sólo en la región madrileña unas 70.000 personas trabajan en la industria automóvil. Si tenemos en cuenta todas las que viven del sector de forma indirecta, la cifra asciende a más de 100.00 y alcanza los 30.000 millones en facturación.

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