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Tribuna
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Las tecnologías paraguas en la telefonía móvil

El mundo ha cambiado bajo nuestros pies a una velocidad de vértigo, a pesar de lo que pueda parecer, tras ver el último ganador de Eurovisión. Si echamos la vista apenas unos años atrás nos damos cuenta cómo se ha transformado, en apenas una década, la forma de relacionarnos y comunicarnos gracias principalmente a internet y a los teléfonos móviles.

Para todos los que intentamos estudiar y comprender el impacto de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) tanto en los aspectos relacionados con la economía como con los sociales o políticos, el análisis de la sociedad de la información (SI) se ha revelado con una gran complejidad. La medición de innumerables indicadores cuyas implicaciones son difíciles de ponderar en plazos cortos de tiempo han provocado, a lo largo de los últimos años, tanto por exceso como por defecto, un gran número de errores de gran importancia de cara a percibir la importancia de las TIC en la sociedad.

En lo que parece existir un consenso absoluto es en la relevancia de la telefonía móvil como uno de los pilares fundamentales de la sociedad del futuro, tanto desde el punto de vista económico como del de las implicaciones sociales. El ultimo informe de la Fundación France Télécom España, La contribución de la telefonía móvil: presente y futuro, pretende precisamente aumentar el conocimiento en este sentido, proporcionando datos acerca de la aportación de la telefonía móvil a la economía de la UE, así como prever, en la medida de lo posible, el desarrollo del sector a unos años vista.

Que la telefonía móvil es uno de los motores de la economía global y de la europea en particular es un hecho avalado por los datos disponibles correspondientes al año 2004 y deja poco lugar a las dudas de hacia dónde deberían dirigirse los esfuerzos de cara al futuro. Los usuarios de la UE-15 gastaron aproximadamente 95.000 millones de euros en servicios y terminales celulares el pasado año. Además, se estima que la aportación al PIB conjunto de todos los países de la Unión, antes de su ampliación, ascendió a más de 100.000 millones de euros. Sin olvidar la creación de empleo, en gran medida cualificado, y a la productividad.

Todo ello ha contribuido a que hoy en día en Europa la industria de la telefonía supere ya a otros sectores TIC como el del software o el del hardware. Resulta más interesante si cabe, dada la tradición económica del continente, ver cómo la industria asociada a la telefonía móvil contribuye más al PIB que la de la agricultura, la pesca o la de la minería.

A la vista de la velocidad de los cambios, ya nos preguntamos qué vendrá después, cuando apenas se ha lanzado la última generación de terminales. Aunque con el antecedente de la implantación de la 3G basta recurrir a las hemerotecas, pretender hacer predicciones de futuro parece una temeridad. Sin embargo, lo que se puede intentar es anticipar los posibles escenarios de desarrollo del sector. De las diferentes opciones que se plantean en el informe todas coinciden en un crecimiento del uso y demanda de nuevos servicios de forma constante hasta 2015, a partir de esta fecha las posibilidades difieren considerablemente en función de factores macroeconómicos.

No obstante, hay que señalar la irrupción de la cuarta generación de telefonía móvil, ya catalogada como la 4G. Aunque aún estamos en sus albores, incluso conceptuales, ya que es difícil delimitar y definir en qué consistirá. Lo que parece claro es que más que un estándar único, aparecerán lo que ya ha venido a definirse como tecnologías paraguas que aglutinarían e integrarían diversas redes y tecnologías.

En cuanto a los aspectos sociológicos, las previsiones de los expertos prevén cambios importantes orientados también hacia un proceso de integración en el que los servicios móviles no serán sólo percibidos como de ocio y/o comunicación, sino que participarán en la conformación de cada nuevo modelo o estilo de vida personalizado.

Para finalizar y volviendo al presente, hay que recordar un aspecto fundamental, ya que la telefonía móvil es mucho más que un lujo disponible sólo para los países desarrollados. Sólo hay que señalar que en muchos países de África, donde una mayoría de ciudadanos no ha podido realizar una llamada de teléfono en su vida, las líneas móviles, por su rapidez de implantación, crecen a un ritmo superior al 50% anual, y ya han rebasado a las líneas fijas. En algunos países africanos existen ya cuatro veces más abonados de móviles que de fijos. La telefonía móvil se presenta así como una oportunidad para minimizar los efectos de la brecha digital.

Gerente de la Fundación France Télécom España

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