Nuevo récord de beneficios
La primera ronda de presentación de resultados empresariales de las empresas cotizadas españolas acaba esta semana, pero casi todas las grandes compañías han dado ya cuenta de la evolución de sus negocios y la conclusión es nuevamente muy positiva. Tanto la cifra de negocio como los beneficios aumentan con fuerza y marcan nuevos récords en el trimestre, lo cual es todo un logro después de tres años consecutivos de máximos con crecimientos espectaculares.
El argumentario que explica la excelente evolución de las empresas es en parte el mismo que en 2005, aunque también se añaden nuevos factores. El auge de la cifra de negocio es el motor de los resultados. Las empresas crecen un ritmo superior al 25% anual, esto es, una tasa con la cual duplican su tamaño en sólo tres años. Ese crecimiento es posible gracias a la buena evolución orgánica de los negocios (con una demanda interna pujante) y a la política de adquisiciones. La compra de O2 por Telefónica, la mayor adquisición realizada por una empresa española, simboliza esa oleada compradora que los grandes bancos, eléctricas y constructoras (entre otras) han emprendido dentro y fuera de nuestras fronteras. Se trata, en la mayoría de los casos de una política de adquisiciones rentable desde el principio, que mantiene los márgenes operativos y en la que sólo la carga de la deuda impide trasladar todo el ritmo de crecimiento al beneficio neto.
En este arranque de año hay, además, un nuevo factor que ha venido a completar el panorama casi idílico de las cuentas empresariales. Se trata de la buena evolución e los negocios en Latinoamérica, por un componente de mejora estructural del negocio y de la rentabilidad y por otro factor coyuntural derivado del impacto cambiario favorable.
La buena evolución de los resultados de las empresas es una buena noticia para sus accionistas, pues permitirá mejoras adicionales de los dividendos y da consistencia a las valoraciones en un momento de cierta inestabilidad bursátil.