Los convenios abrirán vías para esquivar los límites a la temporalidad
Los abogados de Cuatrecasas analizan la aplicación de la reforma laboral
Antes de que la reforma laboral entre en vigor, previsiblemente el 1 de julio, los abogados laboralistas que tendrán que lidiar con la nueva ley a diario, ya han empezado a analizar su letra pequeña. Ayer varios socios del bufete Cuatrecasas desgranaron la futura ley y concluyeron que, aunque la reforma no es de gran calado, servirá para convertir en estable muchos contratos temporales que, según admitieron, ahora son fraudulentos.
Uno de los asuntos que, según estos expertos, será más controvertido en su aplicación, serán los nuevos límites al encadenamiento de contratos temporales. La futura norma establece que todo trabajador que acumule dos o más contratos por dos años de duración en un periodo de 30 meses, con o sin solución de continuidad y para el mismo puesto en la misma empresa pasará a ser fijo.
Sin embargo, esta limitación no está aislada. Según explicó ayer Juan Antonio Linares, socio de Cuatrecasas, el propio texto de la reforma, abre la posibilidad de que la empresa y los sindicatos pacten en los convenios 'las peculiaridades de cada actividad y las características del puesto de trabajo' para prevenir los casos abusivos en los que el empresario decida cambiar al trabajador temporal por otro para el mismo puesto y evitar así hacerle fijo, tras tenerle contratado dos años. Esta posibilidad 'nos dará problemas en los juicios, cuando haya movilidad funcional', auguró ayer Linares.
Los expertos creen que una de las intenciones de la reforma es hacer más fijos con despido de 33 días para llegar a eliminar el de 45 días para futuros trabajadores
Llegados a este punto, añadió que los empresarios y los sindicatos deberán analizar la actividad de la empresa y determinar 'honestamente', en los convenios, qué parte de dicha actividad es estructural y, por tanto, debe cubrirse con trabajadores indefinidos y cuál es extraordinaria y se debe hacer con temporales. 'La ley no lo deja claro, pero sería conveniente que en los convenios (sectoriales y de empresa) se pactaran qué puestos deben cubrirse de forma temporal'.
Así, cuando haya puestos que la empresa y sindicatos acuerden que son temporales pero sirvan para desarrollar una actividad que vaya más allá de los dos años que establece la ley, el empresario podrá cambiar al trabajador para el mismo puesto y contará, en cierta manera, con la aquiescencia de los sindicatos, que lo han pactado en convenio. Además, si aún así el trabajador o el propio comité de empresa decidiera demandar a la empresa que cambia a un trabajador por otro, por fraude de ley, el juez contará con la herramienta del convenio en el que dice que ese puesto es temporal a la hora de determinar si se está cometiendo o no dicho fraude.
En opinión de los abogados de Cuatrecasas, el otro gran pilar de esta reforma serán los incentivos para convertir a temporales en fijos y, sobre todo, la posibilidad de convertir estos contratos en uno fijo con indemnización por despido de 33 días por año con un máximo de 24 mensualidades, en lugar de uno ordinario con un despido de 45 días por año y 42 mensualidades. Según la interpretación de los abogados de Cuatrecasas, se trata de conseguir que un buen número de trabajadores tenga un contrato fijo de 33 días para que llegado el momento, dentro de unos años, sea menos traumático eliminar el contrato fijo ordinario y hacer que todos sean con despido más barato. Pero Pilar Cavero, socia de Cuatrecasas, cree que la reforma debería haber sido más ambiciosa y haber rebajado la indemnización por despido, algo 'que nos demandan desde todas partes del mundo', dijo. Esto, en su opinión sí mejoraría la competitividad de las empresas.
Además, señalan algunas aspectos que no aclara la ley, como si las bonificaciones al empleo estable son acumulables o si es necesario que los trabajadores estén en paro para que el empresario reciba ayudas por contratarles.
Un coste de 4.000 millones al año
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció ayer que la reforma laboral tendrá un coste de 4.000 millones de euros este año y otros tantos en 2007. Fuentes del Ministerio de Trabajo precisaron que este coste se explica por los 2.700 millones de euros que se gastarán este año en bonificaciones ya existentes al empleo estable, y unos mil millones más, que será lo que prevén que cueste el plan de choque con ayudas a las conversiones de temporales en fijos hasta el 31 de diciembre de 2006.En 2007 está previsto que las bonificaciones vuelvan costar una cantidad similar a la de este año (2.700 millones) a lo que habrá que sumar los efectos acumulados de las rebajas de cotizaciones por desempleo y del Fogasa, lo que supondrá unos 1.200 millones de euros más. En total, los 4.000 millones anuales citados por Caldera.En cuanto a los beneficiarios, el ministro dijo en un desayuno organizado por Europa Press, que unos 400.000 trabajadores temporales podrían pasar a ser fijos con el plan de choque. A esto se sumará cerca de un millón que podrían pasar a indefinidos por los límites a encadenar contratos, según Trabajo.