Un día más para la Ryder Cup
Los responsables del torneo estudian ampliarlo a cuatro jornadas
Los responsables de la Ryder Cup, el torneo bienal que enfrenta a Europa con Estados Unidos, estudian la posibilidad de ampliar la competición pasando de las tres jornadas actuales a cuatro. Detrás de la idea existe una motivación económica: un día más contribuiría a ampliar los importantes ingresos que consigue el evento que se disputa desde 1927. Los jugadores, sin embargo, no están convencidos de la iniciativa.
Sandy Jones, director ejecutivo de la PGA británica, ha sido el encargado de lanzar la propuesta. Las ganancias de la Ryder Cup van a parar a las asociaciones de golfistas profesionales de Estados Unidos (US PGA) cuando el torneo se celebra en su país o a su homónima británica, con participación para la PGA European Tour, cuando tiene lugar en este lado del Atlántico. 'Es una situación que estamos estudiando', dijo Jones con el fin de disimular el creciente interés económico a cambio de una pretendida salvaguarda meteorológica. 'Pretendemos ampliar el margen de maniobra para los partidos por parejas y prevenir eventuales aplazamientos si las condiciones meteorológicas son adversas', según el ejecutivo de la PGA.
Jugadores españoles que en los últimos años han formado parte del equipo europeo, como Sergio García, Miguel Ángel Jiménez o José María Olazábal, afirman que no han sido consultados sobre la posibilidad de que prolonguen su prestación de servicios a sus respectivos equipos un día más, aunque ninguno de los tres quiere pronunciarse sobre la conveniencia o no de la propuesta. Parece como si los actores de la competición, que son los jugadores, esperasen la propuesta de la patronal para alcanzar un pacto global que no acaba de llegar. Y es que los golfistas, acostumbrados a medir su eficacia según el dinero en las listas de ganancias, no perciben ni un euro por dedicar una semana a la Ryder Cup.
Una porción del pastel de los beneficios
Los mejores golfistas del panorama mundial afrontan un calendario muy cargado que ha dado al traste con iniciativas como conseguir que el golf regrese al programa de los Juegos Olímpicos, un reto que no les hace ningún ilusión. Regalarle un día más a la Ryder Cup no constituiría ningún problema para ellos, al fin y al cabo las estrellas que toman parte en la misma no tienen otra actividad aquella semana en la que la competición golfística se detiene en todo el mundo para seguir de cerca el histórico y reñido enfrentamiento bienal. Aunque algunos golfistas, principalmente los norteamericanos, han propuesto abiertamente que desean participar en los importantes beneficios que otorga la Ryder.