Una oportunidad con el petróleo

Una cosa curiosa estaba ocurriendo mientras que los políticos discutían sobre una política energética: las señales de los precios la estaban creando. El actual pico del precio del crudo puede tener un efecto similar al de finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando produjo un crecimiento de dos tercios en la mejora de la eficiencia energética de los vehículos en EE UU y enormes avances en la conservación de energía por los empresas. Pero el éxito de la transición energética por venir depende de cómo la política consiga complementar las señales de los precios. Los presagios no son buenos.

Las compañías tienen abundantes incentivos para introducir en el mercado nuevas fuentes energéticas. Las tres mayores petroleras de EE UU tienen previsto incrementar su inversión en desarrollo en un 30%. Los consumidores tienen abundantes incentivos para conducir menos o comprar vehículos más eficientes. El año pasado compraron la cifra récord de 200.000 vehículos con diésel limpio o motores híbridos (...).

Nadie va a defender un impuesto sobre el carbón que incremente aún más el precio del crudo. Pero tendría sentido adoptar un impuesto gradual que se pondría en marcha cuando los precios cayeran por debajo de cierto nivel (...).