Montecillo 130 Gran Reserva 1994, rioja clásico
Recientemente Bodegas Montecillo organizó en sus instalaciones riojanas de Fuenmayor una cata de grandes añadas con historia, en la que se pudieron probar vinos que resulta prácticamente imposible encontrar en el mercado. Tintos de 1955, 1964 y 1975, además de los de cosechas más recientes como la del 87 y del 94, mostraron en buena medida cómo han ido evolucionando los estilos de hacer vino.
Lógicamente, los más viejos habían perdido toda la carga frutal y los escasos aromas estaban marcados por la madera y las notas de reducción. Curiosamente el de 1975 evidenciaba todavía cierta vida, a pesar del protagonismo del roble. Y es que hasta prácticamente la década de los 90 los riojas clásicos, los de toda la vida, no tenían la potencia y notas frutales a la que ahora estamos acostumbrados, sino que eran vinos con menos cuerpo y muchas notas de barrica.
Montecillo, fundada en 1874 -una de las primeras bodegas de la DO- fue adquirida en 1973 por el grupo vinícola Osborne (que además de en Jerez y en Rioja elabora en Ribera del Duero, La Mancha, Tierra de Cádiz y Portugal) que ha mantenido esa línea de carácter clásico en sus vinos. Un blanco de viura y tintos de crianza, reserva y gran reserva se producen en unas grandes instalaciones con una nave de casi 30.000 barricas, de donde salen cuatro millones de botellas anuales. Todos los tintos se elaboran con la variedad tempranillo, que compran a viticultores de la zona.
Posiblemente la estrella de la bodega es el Montecillo 130 Gran Reserva 1994, una edición limitada sacada con motivo del 130 aniversario de la bodega. Con 43 meses de envejecimiento, ha estado redondeándose cinco años en botella. Su nariz, no muy intensa, denota fruta madura con notas predominantes de madera y tonos balsámicos. Precio: 34 euros.