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Naval

Izar, ante un mes decisivo para su futuro

Los cuatro centros que aún se mantienen integrados en el grupo público de construcción naval Izar afrontan en mayo un mes que será decisivo para su futuro. Porque tanto la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) como los sindicatos están decididos a culminar este mismo mes el proceso de adjudicación de los centros de Gijón, Sevilla, Sestao (Vizcaya) y de la fábrica de motores de Manises (Valencia).

De momento, las ofertas económicas definitivas presentadas por los ocho candidatos a hacerse con las plantas ya han sido abiertas y se encuentran en manos del asesor independiente de la privatización, Boston Consulting, que las está valorando, explicaron en fuentes conocedoras del proceso.

Los parámetros que estudian los consultores para elaborar el informe que remitirán a la SEPI incluyen tanto el precio que están dispuestos a desembolsar los candidatos por la compra de las factorías como el nivel de empleo que garantizan, la carga de trabajo que aportan y las inversiones que pretenden acometer en el marco de un plan industrial.

En este punto, los sindicatos están preocupados, en primer lugar, por que algunas de las ofertas presentadas no cuenten con proyectos sólidos de futuro y sólo pretendan usar los activos de Izar para especular a medio plazo y en beneficio propio. Y, en segundo, por que parte de las ofertas exijan a la SEPI que sanee las plantillas de los centros antes de la adjudicación, a pesar de que el propio proceso de reconversión de los astilleros públicos supuso un recorte de plantilla del 38% (3.983 prejubilaciones) en 2005.

En todo caso, por encima de estos factores, lo que en estos momentos prima es la búsqueda de fórmulas para la creación de un holding entre los grupos que resulten adjudicatarios, de forma que las plantas de Izar puedan afrontar el futuro de forma conjunta.

La creación de este consorcio es la principal reivindicación de los representantes de los trabajadores, que han obligado a la SEPI a replantear su decisión inicial de vender los astilleros de manera individual, ante la falta de una oferta conjunta. Desde los sindicatos explicaron que esta exigencia 'no es un capricho' y que no sólo responde a lo acordado con el Gobierno en diciembre de 2004, cuando el Ejecutivo se comprometió a no aprobar salidas individuales para cada uno de los astilleros, sino que también obedece a la realidad del sector.

A su juicio, la fuerte competencia existente en la industria de la construcción naval obliga a contar con grupos empresariales que dispongan de una fuerza significativa desde el punto de vista de capacidad, tecnología y desarrollo comercial, con el fin de poder acceder a los contratos más rentables, como los de barcos para el transporte de gas, buques hospital o ferrys.

En este marco, fuentes de algunos de los grupos ofertantes confirmaron que han mantenido contactos entre ellos para tratar de negociar fórmulas de cooperación en el caso de que se hicieran con algunas de las plantas de Izar.

En cualquier caso, el deseo de los sindicatos es que el diseño final de esa superestructura que englobaría a los astilleros permita al Gobierno un cierto tipo de control sobre el holding o, al menos, garantice un derecho de veto frente a determinadas decisiones.

Entre las ofertas que hay sobre la mesa destacan tres que, según fuentes del sector, son las que están en mejores condiciones para adjudicarse los astilleros: Construcciones Navales del Norte (CNN), que aspira a los centros de Sestao y Gijón; Astilleros de Huelva-Boluda, que optan al de Sevilla, por el que ya se interesaron antes de la quiebra de Izar; y Ros Casares, único grupo que está dispuesto a comprar Manises.

Los astilleros se quedan sin carga de trabajo

Un retraso en la adjudicación de los centros de Izar más allá del mes de mayo podría ser muy perjudicial para el futuro de los astilleros, que apenas cuentan con carga de trabajo y que ya no pueden acceder a nuevos contratos, al encontrarse en proceso de liquidación. En este aspecto, la situación peor es la de las plantas de Gijón y Sevilla. En el caso asturiano, sus 157 trabajadores ya no tienen nada más que hacer tras finalizar hace una semana la construcción de un buque hospital. El único encargo en Sevilla es el de la compuerta de la nueva esclusa del puerto de la ciudad, que se empezará a fabricar en septiembre. En Manises, la fabricación de cuatro motores marinos puede mantener la ocupación hasta finales de año. Sestao, por su parte, puede trabajar hasta finales de 2007 en un buque metanero para Gas Natural y Repsol YPF.

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