Los sindicatos abogan por el triunfo de la paz y el recorte en la precariedad del empleo
Miles de trabajadores salieron ayer a la calle en 50 capitales españolas para celebrar el Primero de Mayo, en un ambiente más festivo que reivindicativo. Los líderes sindicales auguraron que la reforma laboral reducirá la temporalidad y pusieron el acento en la paz, tras la tregua de ETA.
La ausencia de críticas al Gobierno y de proclamas reivindicativas fue la principal característica de la manifestación convocada en Madrid por los sindicatos CC OO y UGT para celebrar el Primero de Mayo, y que reunió a miles de trabajadores en una marcha tranquila y de marcado carácter festivo.
Este año no hubo grandes tensiones, como las provocadas en años anteriores por los trabajadores de Sintel, ni se escucharon importantes reivindicaciones económicas ni por parte ni de los manifestantes ni de los máximos líderes sindicales. En el ambiente se notaba que los sindicatos están a punto de cerrar esta semana el acuerdo de la reforma laboral y están satisfechos con su contenido.
Tanto el secretario general de UGT, Cándido Méndez, como el de CC OO, José María Fidalgo, aseguraron durante su intervención en la manifestación de Madrid, que la futura reforma laboral conseguirá reducir la temporalidad, que afecta a cinco millones de trabajadores. 'Sólo para eso nos hemos opuesto a que el Gobierno cediera un ápice a las soflamas de las patronales', dijo Fidalgo. Dicho esto, instó al Gobierno a reorientar su política de inversiones 'para producir de otra manera' y 'que las empresas no se deslocalicen'.
Méndez, por su parte, aseguró que el acuerdo de reforma laboral (que podría firmarse el día 9 de mayo, según fuentes de la negociación) 'no acabará con su firma sino que será necesario acreditar la reforma día a día, sobre todo por parte de los empresarios y las administraciones públicas'.
Los que no se mostraron tan optimistas sobre los resultados de la reforma fueron un nutrido grupo de simpatizantes del PCE y de la Plataforma de Ciudadanos por la República, que boicotearon los discursos de Méndez y Fidalgo, entre gritos de 'no nos representan' y 'esta reforma, la vamos a pagar'.
El otro gran tema que protagonizó las intervenciones sindicales fue el que encabezaba el lema de las manifestaciones: 'Por la paz. Empleo estable en igualdad'.
El líder de UGT indicó que los sindicatos 'apoyarán al Gobierno y respaldarán las decisiones del Parlamento' en el proceso de paz abierto tras el anuncio de tregua de la banda terrorista ETA. A esto, añadió que las centrales 'nunca olvidaremos y siempre tendremos presentes a las víctimas y a sus familiares'.
En la misma línea el líder de CC OO señaló que 'el movimiento sindical ve con mucha esperanza que ETA haya sido vencida y rendida por la unidad de los partidos, la sociedad civil y las víctimas'. Y exigió que el proceso de paz se lleve a cabo 'sin más concesiones que las necesarias sin alterar la legalidad democrática'.
Banderas republicanas
Como ya viene siendo habitual en los últimos Primero de Mayo, la madrileña estatua de La Cibeles fue coronada con una de las numerosas banderas republicanas que se vieron en la manifestación de la capital. Pero en esta ocasión fueron los propios líderes sindicales los que recordaron profusamente el 75 aniversario de la II República. Fidalgo aseguró incluso que los sindicatos se consideran los herederos del ideario republicano: 'paz; enseñanza pública, civil y laica; sanidad pública; y trabajo digno y Seguridad Social'.
Tras la pancarta que encabezaba la manifestación de Madrid también hubo representación política del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y del coordinador general de IU, Gaspar Llamazares.
En el resto de España las manifestaciones tuvieron idénticas reivindicaciones de paz y empleo estable.
Celebraciones en todo el mundo
El Día del Trabajo sacó ayer a centenares de miles de personas a las calles de todo el mundo para reclamar fundamentalmente más derechos laborales, sobre todo en países en vías de desarrollo. En Europa, París albergó una de las concentraciones más esperadas tras el pulso mantenido en los últimos meses entre los estudiantes y el Gobierno en contra del Contrato de Primer Empleo (CPE) para los jóvenes. Así, en la capital francesa, las principales centrales sindicales celebraron por separado que el Ejecutivo cediera en sus pretensiones y retirara este tipo de contrato, que permitía el despido automático de los jóvenes menores de 26 años. Berlín, protagonizó una de las concentraciones más numerosas, con más de medio millón de participantes. Los sindicatos alemanes advirtieron del 'desmantelamiento pieza a pieza' de las estructuras sociales por parte del gobierno de la canciller Angela Merkel, que supondrán más recortes de prestaciones, así como en la liberalización de las leyes de protección contra el despido. En Leipzig y Rostock hubo enfrentamientos entre neonazis e izquierdistas.