La renta fija empeora tras la subida de tipos largos al 4%
El nuevo incremento de los tipos de interés a largo plazo, que esta semana han bordeado e incluso superado la cota del 4% a 10 años, ha agudizado el pesimismo de los gestores sobre el porvenir inmediato de la renta fija. La gestión de las carteras durante los tres primeros meses del año ha dejado traslucir un claro cambio de orientación entre los gestores, cuyas apuestas por la renta variable han sido bastante palpables. En los fondos de tipo mixto, que son los que cuentan con un mayor patrimonio gestionado, es más palpable este cambio de orientación, ya que se trata de decisiones que adoptan los gestores, mientras que las adoptadas por los inversores son más lentas.
Comparando las posiciones en renta variable de finales de marzo con las que existían a cierre del pasado ejercicio, se observa claramente una caída de peso de las inversiones en renta fija tanto en el mercado interior como exterior, y tanto en la renta fija pública como en la de carácter privado.
De hecho, las inversiones en renta variable se encuentran en niveles máximos desde hace unos años, un 15% en renta variable española y un 13% de la cartera total en el caso de la renta variable en mercados internacionales. Una ponderación que en conjunto sigue siendo minoritaria (28% del total) frente a la renta fija, pero que ha ido acercando posiciones en los últimos trimestres debido a la trayectoria contrapuesta de ambos tipos de activos.
La renta variable presenta en la actualidad unas rentabilidades anualizadas del orden del 25% a finales de marzo y del 29% a finales de abril, con una ganancia acumulada en lo que va de año del 7,6%. Es decir, algo por debajo de la ganancia actual del Ibex 35, que ronda el 11%, si bien los planes de renta variable tienen un contenido de inversiones nacionales y de mercados exteriores muy equilibrado en conjunto y a nivel individual algunos están claramente volcados en el exterior.