Bosch exige más productividad a sus fábricas españolas
La mayor multinacional europea de fabricación de componentes, Robert Bosch, volvió a lanzar ayer un duro aviso a sus 18 plantas españolas y a los casi 8.000 empleados que en ellas trabajan. 'Necesitamos rebajar costes para poder competir', aseguró ayer Wolfgang Chur, miembro del consejo de administración encargado de España y de bienes de consumo, que se mostró categórico al término de la rueda de prensa de presentación de resultados, celebrada en Stuttgart. 'Necesitamos menos gente'.
El ejecutivo, de hecho, fue algo más allá y llegó a asegurar que Bosch podría llegar a estudiar cierres en un futuro. 'No podemos excluir la posibilidad de cerrar instalaciones, si bien', matizó, 'tratamos de evitarlo con negociaciones con los sindicatos'.
El presidente de Robert Bosch España, Micha Kirchhoff, anunció a principios de mes que 'hay productos que van a migrar al Este, no sólo en España, sino en toda Europa, pase lo que pase'. Robert Bosch planteó la semana pasada a los sindicatos de su planta en Madrid (que fabrica sensores para airbags) la reducción de entre 200 y 250 puestos de trabajo hasta 2009 en la factoría, que actualmente tiene una plantilla de 815 trabajadores. Bosch ya ha eliminado 323 empleos en Lliçà d'Amunt y Pamplona.
También sigue en marcha en plan de viabilidad para la factoría de Aranjuez (Madrid), que elevará sus ventas con nuevos proyectos. Sin embargo, todo son malas noticias. El fabricante de electrodomésticos anunció ayer que logró mejorar el 31% el beneficio neto de 2005, que ascendió a 2.450 millones de euros.
'Hemos mantenido un desarrollo positivo, tanto de las ventas como de los beneficios, aseguró ayer durante la presentación de resultados el presidente del grupo, Franz Fehrenbach, quien hizo gran hincapié en los esfuerzos de la compañía por respetar el medio ambiente y ahorrar combustibles.
El directivo, además, calificó de positivo el desarrollo de la empresa en 2005, con un incremento tanto de las ganancias como de la facturación, que se elevó a 41.500 millones de euros, con una progresión del 6,4%.