Una sola mujer en el sanedrín de 200 directivos alemanes
Ser mujer en Alemania es un drama. Ejercer aquí una profesión cualificada y tener familia no sólo requiere un esfuerzo titánico sino que está mal visto. Más del 40% de las mujeres universitarias de entre 35 y 40 años no tiene hijos. Entre los 200 directivos de las 30 empresas del Dax de la Bolsa de Fráncfort, sólo hay una mujer: Karin Dorrepaal, miembro de la junta directiva del consorcio farmacéutico berlinés Schering. Sólo un 5,7% de los estudiantes de ingeniería son mujeres. Sólo el 13% de las jóvenes entre 25 y 34 años tienen una formación académica superior (29% en España, a la cabeza en Europa). Y sólo un puñado de empresas (BMW, la consultora McKinsey, la farmacéutica Novartis) trata de compensar la pésima infraestructura preescolar y apuesta por la conciliación ofreciendo servicios de guardería a los hijos de los empleados.
Por otro lado, esta Alemania conservadora no deja de esbozar escenarios catastrofistas desde que la Oficina Federal de Estadística publicara en marzo la tasa de natalidad de 2005: 8,7 nacimientos por mil habitantes. Tan pocos como tras la segunda Guerra Mundial. 'Tener hijos representa una barrera decisiva para el ascenso profesional', concluye la Fundación Bertelsmann en un estudio sobre la mujer alemana en puestos directivos.
Sólo siete mujeres ocupan altos cargos en las 180 mayores empresas alemanas. ¿Cuándo habrá una mujer al frente de un consorcio del Dax? 'Es muy improbable; y, en la industria tradicional como el sector del automóvil, prácticamente imposible', dice Christine Stimpel, una prestigiosa cazatalentos. 'Veo más posibilidades en el mundo farmacéutico o en empresas lifestyle como Adidas.' Por ejemplo, McKinsey y Novartis -ambas con programas de conciliación familiar- cuentan con un porcentaje superior de mujeres en puestos directivos: del 6,6% y del 25%, respectivamente.
La mitad de las universitarias no tiene hijos, y sólo el 13% de las jóvenes entre 25 y 34 años cuenta con una formación académica superior
Una de casi dos mujeres universitarias no tiene hijos. 'El día que se publicó la estadística, cumplía 37 años', explica Sabine Magerl, periodista. 'Yo era una de ellas. Pero, ¿por qué?, ¿no lo había hecho hasta ahora todo bien?' Según Christiane Dienel, profesora de política europea de la Escuela Superior de Magdeburgo, una de las razones es que no tienen pareja. Les resulta muy difícil encontrarla. 'Su mercado matrimonial es más reducido: mientras el 50% de los hombres universitarios se une a mujeres de menor formación; las universitarias buscan su media naranja entre hombres con un nivel de estudios similar'.
El profesor de sociología Franz-Xaver Kaufmann, de la Universidad de Bielefeld, apunta otra causa: el machismo germano. 'Y quien no se lo crea que se lea las sentencias del Tribunal Europeo por violar el principio de igualdad'.
'Alemania sigue considerando a la mujer trabajadora como una mala madre', afirma Barbara Ocker-Länge, profesora de lengua española en Schwäbisch-Gmünd, una ciudad de 70.000 habitantes, emplazada en el rico sur alemán, en la que sólo existe una guardería para niños menores de tres años. Con diez plazas.
Quien sabe muy bien lo que significa ir a contracorriente es la ministra de Familia, la democristiana Ursula von der Leyen, que está luchando con la canciller Angela Merkel para que se acepte 'que las madres trabajen'. Por lo que no se le acepta a ella. Su figura irrita. Su modelo familiar provoca: 'Sé que no encajo en ninguna casilla: con siete hijos, médica de profesión, ahora ministra. Una mujer con familia que trabaje es una mala madre. Y una madre no puede ser una buena ministra. Típico alemán.'
A pesar de sus mejores notas, las chicas tienen menor acceso a los puestos de prácticas del mundo empresarial. Las mujeres trabajan (el 49% de la población activa); pero por unas horas y por menos dinero (20,2%, según la Oficina de Estadística).
'¿Qué os gustaría estudiar?' pregunta el profesor de español Víctor Ruiz Rojo a sus brillantes alumnas de bachillerato de Stuttgart. 'Una profesión que me permita compatibilizar trabajo y familia', suelen contestar.