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Economía

Medio siglo modernizando la gestión de los directivos

Corría el año 1956. Los planes de estabilización que modernizarían la economía española tendrían que esperar aún tres años para ver la luz, y España vivía inmersa en el abismo de la autarquía. En condiciones tan poco proclives a la innovación, un grupo de empresarios se desplazó a Estados Unidos (ya por entonces referencia en el universo económico) para empaparse de las técnicas de gestión más innovadoras y conocer las formas asociativas en boga. El espejo en el que se miraron fue la todavía vigente AMA (Asociación Americana para la Dirección, en siglas en inglés). Trasladaron el concepto a España y crearon una asociación sin ánimo de lucro que veinte años después sería declarada de utilidad pública: la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD). Los tres ejes de actuación consistían, al igual que hoy día, por mejorar la formación de los directivos, informarles de las novedades que se producen en el mundo de la gestión, y crear una red de contactos a lo largo de la geografía española mediante una estructura descentralizada.

Su papel adquirió especial relevancia en la transición y en los primeros años de gobierno del PSOE. Enrique Sánchez de León, director general de la APD, recuerda que, por entonces, los empresarios temían las medidas que pudiera tomar un gobierno socialista: 'Había un recelo infundado, y creo que contribuimos a que la clase empresarial acabase acogiendo a unos dirigentes socialistas que, a fin de cuentas, fueron los que llevaron a cabo la transición económica'.

Pese a nacer en una época de máximo intervencionismo económico, Sánchez de León sostiene que la independencia ha sido siempre marca de la casa, aunque desde los primeros tiempos algunos de sus dirigentes llegaron a ministros. 'Esto ha seguido pasando ya en democracia, debido al prestigio de algunos de los miembros del Consejo Rector'. Un ejemplo reciente es el de Ana Birulés, que fuera titular de Ciencia y Tecnología en uno de los gobiernos del Partido Popular.

El reconocimiento acumulado a lo largo de los años ha servido, según el dirigente, para que representantes de todas las instituciones, incluidos los sindicatos, participen como ponentes y como oyentes en las jornadas de debate. La APD es una asociación de 2.500 empresas, pero no debe confundirse con un lobby: 'No defendemos intereses propios, que desde luego serían legítimos' -matiza Sánchez de León. 'Nos dedicamos a fomentar el debate económico entre todos los sectores e ideologías'. Cada día del año hay algún acto de la APD a lo largo de la geografía española. El objetivo último es crear una red de contactos no institucional 'para que la gente se conozca'. La asociación se nutre de las aportaciones de sus socios: 'Las cuotas son modestas (1.300 euros al año), y a cambio ofrecemos más de cien actos gratuitos al año. La calidad de los ponentes no decae, porque la gente confía en nuestro buen hacer. Así logramos que gente como Bill Gates o el presidente de General Motors participen en nuestros foros'.

'El futuro pasa por la internacionalización'

El director general destaca también la neutralidad como característica definitorias de la APD: 'No hay un núcleo duro permanente en el Consejo Rector. Los cargos se eligen cada cuatro años, con posibilidad de renovación para otros cuatro'. La asociación está al margen de la mayor patronal española, CEOE, una organización a la que casi dobla en edad. Eso no empece para que algunas personas ocupen cargos en ambas: el presidente de la APD, José María Aguirre González, además de dirigir el Banco Guipuzcoano, ocupa la vicepresidencia de CEOE.Sánchez de León recuerda la importancia del empresariado para crear riqueza en el país, y sostiene que la cuenta pendiente de la economía española es el fomento del espíritu emprendedor: 'Al contrario de lo que sucede en Estados Unidos, en España un chaval que se propone montar un negocio es visto como una especie rara. Además, existe una cultura que castiga el fracaso de forma despiadada'. En línea con esta idea, la APD celebra su 50 aniversario con una jornada que presidirán hoy los Príncipes de Asturias titulada El Valor de emprender.Tras medio siglo de vida, Sánchez de León apunta para el futuro como prioridad ofrecer formación encaminada a adaptar la gestión a las corrientes globalizadoras: 'Queremos dar formación e información a las empresas que inviertan y exporten fuera de España, y crear redes de contactos. En suma, dar los mismos servicios que hoy damos a las del mercado nacional. El futuro pasa por la internacionalización'. La APD abrió el año pasado su primera sede en el extranjero, en Marruecos. 'Ese país, al igual que América Latina, se encuentran en una fase de desarrollo similar a la que vivía España en los años cincuenta', comenta Sánchez de León. 'Faltan foros de debate, y creo que ahí podemos aportar nuestra experiencia para crear redes y ayudar a que se desarrolle la sociedad civil'.

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