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María José Sánchez

'España debe competir en marca e innovación'

Con su experiencia en la dirección de diversas muestras, intenta que sus efectos trasciendan a las jornadas de la exposición

No es únicamente un lugar y un evento para mostrar modas y diseños. La feria que se inaugura hoy en Madrid sirve para tomar el pulso a la industria del mueble y para remontar la crisis, María José Sánchez, destaca que el mejor camino es la apuesta por la marca, con calidad, prestigio e innovación.

La Feria Internacional del Mueble de Madrid es un gran escaparate de tendencias en decoración ¿cuáles destacaría?

En muebles, lo más marcado de esta edición es, por un lado, la apuesta por las líneas modernas, rectas, con un estilo muy avanzado. Se prefiere, ante todo, las piezas sencillas en las que se combinan diversos materiales, uniendo, por ejemplo, la madera, que incluso puede ser tropical, con el acero y con el cuero. También se detecta que el art déco está volviendo al mobiliario y a la decoración de interiores.

En colores se lleva todo, como puede verse en los fabricados con maderas lacadas, aunque se prefieren los tonos opacos a los brillos. Pero básicamente predominan las mezclas, no sólo de materiales y colores, sino también de estilos: piezas modernas con clásicas o con muebles coloniales o exóticos.

¿Se adapta la oferta a esa realidad sociológica en la que más personas viven solas y abundan los pequeños apartamentos?

Totalmente. El mobiliario es cada vez más funcional y amoldado al tamaño de las viviendas, que generalmente no es grande. Por ello, se ofrecen muebles con aplicaciones diversas y, a veces, ocultas. El objetivo global es aprovechar todos los espacios, mientras que están en desuso las piezas demasiado grandes y macizas. La fusión es ya un hecho reconocido e incuestionable en decoración.

Además de escaparate para la moda, la feria es un termómetro que sirve para detectar la situación del sector ¿qué problemas señalaría?

La industria vive un momento de cambio, de grandes variaciones a nivel mundial y es que no sólo España, Europa en general, se enfrenta a problemas originados por la competencia que viene de Asia, de China, India de Vietnam y de otros países.

En España, por ejemplo, la balanza comercial del sector ya es negativa. Se importan más muebles de los que se exportan, siendo éste tradicionalmente un país exportador de muebles. Por otro lado, los precios más bajos por los menores costes provocan que muchas personas opten por todo tipo de mobiliario fabricado en países asiáticos.

Además, España ha perdido competitividad en mercados como el francés, que era el primer destino de la exportación de los muebles españoles, ya que ahora se decantan por otras importaciones. Y a los menores costes se ha unido, como factor negativo, para competir la revalorización del euro frente al dólar. Asimismo, países como China ya no sólo fabrican muebles de estilo oriental, sino que se dedican a todos los modelos y estilos y los hacen bien.

Aunque esa situación no es nueva, parece que se acentúa cada año y más con la irrupción de otras naciones de ese área ¿qué se plantea hacer la industria española y la europea?

r. Pueden existir soluciones válidas. España y Europa, en general, deben apostar básicamente por la marca, por la innovación y por los diseñadores que se unen a la industria y que añaden nombre y valor. La marca da garantía de calidad y puede aportar prestigio, mientras que la innovación crea productos avanzados y diferentes. Esa vía es la más lógica para competir porque las empresas europeas no van a poder hacerlo por precios.

El poder de la marca, incluso, abrirá mercados a Europa en Asia, en donde cada vez hay más personas con una capacidad de adquisición más elevada.

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