El Santander contrata a un consultor externo para evaluar al consejo
Los consejeros del Santander tendrán la oportunidad de evaluar individualmente el desempeño en el cargo de cada uno de los miembros del máximo órgano de la entidad. El banco contrató en 2005 a la consultora estadounidense Spencer Stuart para poner en marcha un proceso de autoevaluación del consejo que impulsará prácticas en materia de gobierno corporativo.
En pocas entidades los miembros del consejo de administración tienen la oportunidad de evaluar por escrito y de forma anónima a sus homónimos en el máximo órgano de gobierno. Y aún menos al presidente o al consejero delegado. El Santander es una de ellas. El banco implementó el año pasado un sistema de autoevaluación del desempeño mediante un cuestionario y entrevistas personales con el objetivo de mejorar el funcionamiento de este órgano así como de la comisión ejecutiva, de auditoría, cumplimiento y nombramientos y retribuciones.
El sistema de autoevaluación fue un compromiso del presidente Emilio Botín en la junta de 2004. Y el año pasado fue el primer ejercicio de funcionamiento del sistema con una valoración muy positiva de la organización y funcionamiento del consejo, según se explica en el Informe de Gobierno Corporativo. Durante el primer año se evaluaron aspectos relativos a la información que reciben los consejeros, la habilidad del presidente para organizar los debates, el contenido y calidad de los mismos, el grado de involucración y participación de los consejeros o la eficacia con la que el secretario atiende las consultas.
Este año se pretende dar un paso más al pedirles a los consejeros comentarios cualitativos sobre el resto de miembros. 'Este año el proceso cuenta con una sección especial para la evaluación individual del presidente, el consejero delegado y los restantes miembros del consejo', señala el Informe de Gobierno Corporativo. De hecho, el informe explica que se prestará especial atención a 'la relación del presidente y del consejero delegado entre sí y con el resto del consejo'. Fuentes del Santander indican que el proceso se mantiene anónimo y que la función de la consultora Spencer Stuart es la de diseñar los cuestionarios y manejar la información.
Se prestará especial atención a la relación del presidente y el consejero delegado entre sí y con el resto
Entre las recomendaciones que se incluyen para ser implementadas este ejercicio se propone 'intensificar la implicación de los consejeros, incluyendo medidas como la asistencia a comisiones de las que no sean miembros'. Los consejeros podrán así asistir 'con voz pero sin voto'.
El banco ha puesto además en marcha un programa continuado de formación, con especial foco en la evolución y tendencias de la banca internacional. El carácter didáctico de estas jornadas ha llevado ya a los consejeros a asistir a clases sobre riesgos, gobierno corporativo o prevención de blanqueo de capitales, explican desde el banco.
Así mismo, tanto la comisión ejecutiva como el consejo recibirá 'una o dos veces al año información sobre la política de relación con inversores y de comunicación corporativa'.
A partir de este ejercicio, se celebrará anualmente, además, una sesión monográfica del consejo dedicada a la estrategia del banco.
Bankinter califica a su presidente
Bankinter ha sido el primer banco español en someter a su presidente y a su consejero delegado periódicamente a una evaluación, además de al propio consejo como máximo órgano de gobierno del banco. Según consta en el Informe Anual de Gobierno Corporativo de Bankinter, en 2005 el banco decidió ampliar las evaluaciones para calificar individualmente a cada uno de los miembros del consejo. Este análisis se ha efectuado bajo la tutela del mismo consultor externo que ha elegido el Santander, el estadounidense Spencer & Stuart. Esta firma, la principal a nivel mundial en estas evaluaciones, asume la responsabilidad de gestionar independientemente estas calificaciones. El consejo de Bankinter puso en marcha en marzo una comisión para velar por el gobierno corporativo fomentando todas las prácticas que los distintos códigos recomiendan.