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Comercio Internacional

América Latina recela del despegue chino

¿Oportunidad o amenaza? Ninguna de las dos se descarta cuando se trata del efecto que China pueda tener en América Latina. Por un lado, el crecimiento de una economía de 1.300 millones de consumidores al 9% anual, como la china, ha favorecido un aumento de las exportaciones y un incremento de ingresos por la subida del precio de las materias primas, como el petróleo. Pero, por otro lado, se ha convertido en el principal rival para atraer inversiones y ganar cuota en el comercio internacional.

Los productos chinos y la mano de obra barata sitúan al país asiático en ventaja frente a otros países emergentes.

Como ejemplo, las exportaciones de China a EE UU han pasado en 10 años de 45.000 millones de dólares a 243.000 millones, en detrimento de las ventas de México, que el año pasado fueron de 170.000 millones de dólares.

Empresarios y economistas divergen de las medidas adecuadas para enfrentar esta nueva situación, pero lo que nadie duda es que América Latina tiene que prepararse para ello. Así quedo expuesto en la reunión que el Foro Económico Mundial, el llamado Foro de Davos, celebró la semana pasada en São Paulo sobre América Latina y en el que algunos expertos y políticos proponían la integración de la región como mejor opción.

'Tenemos que ofrecer al capital privado un nuevo polo mundial de inversiones, una gigantesca cantera de obras para alianzas estratégicas que van a acelerar la integración física en un mercado de más de 300 millones de consumidores', dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

Para Lula la integración pasa por el desarrollo de las infraestructuras, mientras que para otros expertos el camino es un impulso al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), cuyas negociaciones están paralizadas. 'Está claro que nos interesa un ALCA equilibrado, donde gane Brasil, Argentina y también Estados Unidos, y no donde gane sólo uno. Y muchos de los planes desarrollados hasta ahora son de un ALCA muy desequilibrado, donde unos ganaban y el Mercosur no ganaba nada', opina Martín Redrado, presidente del Banco Central de Argentina.

Aunque los últimos años han mejorado los indicadores económicos de la región, como la inflación, la balanza comercial y las finanzas públicas, América Latina arrastra losas, como los niveles de corrupción, la ineficacia del sistema judicial y el bajo nivel de educación, que lastran su competitividad.

La amenaza de China, no obstante, no es igual para todos los países. Mientras México es uno de los más perjudicados por la pérdida de cuota en el mercado estadounidense, otros, como Brasil, se han beneficiado de un aumento de sus exportaciones al país asiático, alcanzando un superávit de 1.500 millones de dólares. 'En los últimos tres años Brasil es uno de los pocos países que tienen una balanza comercial positiva con China. Pero existen amenazas. Algunas industrias tendrán que reestructurares, trabajar más con marcas, diseño, know how y menos con un proceso de manufactura de bajo valor añadido, donde realmente es muy difícil competir con China', observa el consultor económico David Bunce.

Este año Brasil ya ha impuesto barreras a los textiles y calzados chinos para proteger su propia industria.

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