Reformas contra la inflación
Los datos de inflación publicados ayer por el INE han generado una justificable alarma entre los agentes sociales. Los sindicatos, la federación de trabajadores autónomos ATA y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio coincidieron en destacar los peligros ligados a un repunte de los precios que parece imparable a pesar de que los tipos de interés han empezado a subir.
Las tablas del INE indican que la tasa interanual bajó una décima, hasta el 3,9%. Pero la inflación subyacente (que excluye los alimentos frescos y la energía) se ha colocado al nivel más alto en los últimos tres años tras superar en una décima la barrera del 3%. Un dato que no puede achacarse a la remontada de los precios del petróleo y que, por ello, resulta mucho más preocupante.
El Banco Central Europeo (BCE), que es el organismo encargado de mantener controlado el IPC en la zona euro, reconocía ayer mismo que persisten los 'riesgos para la estabilidad de los precios a medio y largo plazo', y entre ellos citó la abundancia de crédito barato. A ello se suma la manifiesta incapacidad de los Gobiernos europeos para poner en marcha siquiera una parte de la llamada Agenda de Lisboa.
Las medidas para impulsar la dinamización de la economía puestas en marcha por el Ejecutivo sólo tendrán efecto a muy largo plazo, como reconoció ayer el propio secretario de Estado de Economía, David Vegara. Pero, precisamente por eso, es necesario elevar el listón de las reformas. En este sentido, el documento remitido a Bruselas por algunas de las principales compañías europeas reclamando medidas que impulsen el desarrollo del tejido empresarial incluye una larga lista de peticiones que van por el buen camino. Entre ellas: reducir las trabas burocráticas para la constitución de empresas, impulsar la comercialización de productos financieros paneuropeos o dar un impulso a la directiva para la liberalización del sector de servicios. Un documento que los líderes políticos deberían leer con extrema atención si de verdad quieren frenar la pérdida de competitividad de la economía europea.