Mercados cada vez más sofisticados
La sofisticación de los mercados financieros españoles ha abierto las puertas al inversor a un enorme abanico de productos. Entre ellos los hay que invierten en mercados lejanos y exóticos o que se especializan en sectores muy específicos pero con una visión geográficamente global. Y el inversor tiene acceso a esos mercados gracias a vehículos como el fondo de inversión.
El mercado ha cambiado mucho en muy poco tiempo. Basta echar un vistazo 10 o 15 años atrás para comprobar la transformación. ¿Se imaginan invertir en un fondo Bric en 1992? Los Bric son esos fondos que invierten en unos mercados emergentes específicos, cuyas siglas dan nombre a estos fondos: Brasil, Rusia, India y China.
Estos productos, nacidos el año pasado, han tenido un éxito arrollador, hasta el punto de que muchos se han visto obligados de cerrar sus carteras a nuevos inversores para evitar alcanzar demasiado tamaño.
La sofisticación del sistema financiero español se ha producido incluso a pesar de la crisis de comienzos de esta década; crisis que afloró la desconfianza del pequeño inversor hacia las Bolsas.
Pero también entonces se popularizaron los fondos garantizados, productos que a pesar de las críticas que pueda hacérseles no dejan de ser un ejemplo de ingeniería financiera bastante avanzada.
La modernización del sistema financiero español ha sido posible gracias a una legislación que acompañaba y a unas entidades innovadoras en muchos casos. Durante los próximos meses el inversor español va a apreciar la llegada de nuevos productos. Los fondos cotizados y los fondos de inversión libre están a punto de desembarcar en España. De momento ya han despertado un interés máximo por parte de las gestoras. Queda ahora explicarle al partícipe qué son y cómo funcionan. Y ahí es donde deben volcar sus esfuerzos las entidades financieras. En el asesoramiento. Porque de poco sirve un mercado sofisticado si el inversor no lo es. Es más, resulta contraproducente.