Wal-Mart pide licencia para entrar en el negocio bancario
Wal-Mart, el gigante mundial de la distribución, defendió ayer ante los reguladores federales su intención de entrar en el negocio bancario. Este objetivo, que hace años que tiene en cartera, aglutina a muchos detractores que temen que la extensión de la gran maquinaria de Wal-Mart acabe con la pequeña banca local. La oposición ha obligado a que por primera vez haya testimonios de distintas partes ante el regulador, es decir, el Asegurador de Depósitos Financieros (FDI, en sus siglas en inglés). Hasta 70 personas e instituciones han pedido declarar.
Jane Thompson, presidente de servicios financieros de la cadena, comenzó esta ronda de comparecencias asegurando ante la FDI que la cadena de distribución no quiere convertirse en un banco comercial ni tener sucursales. La intención es tener potestad para emitir tarjetas de débito y crédito y procesar transacciones bancarias, incluidos pagos con cheques, sin necesidad de intermediarios.
La entidad que propone Wal-Mart se califica en EE UU como banca industrial, una fórmula por la que ya han optado empresas como General Electric, Toyota y la cadena comercial Target. Con este tipo de instituciones se atrae a clientes con bajos ingresos, en ocasiones sin cuentas bancarias, y a los que se les proporciona créditos. A diferencia de la banca comercial, la industrial no está regulada por la Reserva Federal, sino que son vigilados por cada estado y el FDI asegura los depósitos.
Todo ello hace temer a quienes ya desconfían de la política de Wal-Mart, que pueda haber prácticas abusivas con sus clientes que sean más difíciles de detectar.
Cambios de estrategia
La banca desconfía de las intenciones de Wal-Mart. Hace cuatro años, el gigante quiso comprar un banco californiano y una caja de ahorros, aunque no tuvo éxito. En 2003, permitió que algunos bancos comerciales abrieran sucursales en sus centros.