Las cajas se proclaman pioneras en el ámbito de la RSC
Las cajas llevan tiempo reclamando su papel pionero en el campo de la responsabilidad social corporativa y afirman que, al margen de la obra social, que lideran como parte de su negocio, también lo hacen en otros aspectos de la responsabilidad.
En las cajas, el compromiso social, lejos de ser una moda o presión externa, constituye un componente fundamental de su naturaleza y, por ello, en estas entidades se reflejan con notable vigor todas y cada una de las diferentes dimensiones que, en su acepción más amplia, pueden considerarse constitutivas de la responsabilidad social corporativa'. Son palabras del presidente-director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, en el estudio sobre la RSC de las Cajas que se incluirá en una próxima edición de Papeles de Economía Española.
Las cajas de ahorros llevan tiempo reclamando su protagonismo en el ámbito de la RSC. Y, aunque el presidente de la CECA reconoce en el informe que aún no existen unos límites perfectamente definidos a la hora de hablar de responsabilidad social corporativa, añade que 'es difícilmente cuestionable decir que en las cajas se manifiesta en, al menos, cuatro ámbitos'. Quintás se refiere a aspectos como el buen gobierno, las políticas sociales y laborales, la relación con los clientes y su papel en la inclusión financiera y el desarrollo local y la obra social. Respecto al gobierno corporativo, el presidente de la CECA destaca que la estructura y composición de los órganos de gobierno de las cajas constituyen un modelo precursor del enfoque stakeholder (grupos interesados o afectados por la gestión de la entidad). Los órganos de gobierno de las cajas cuentan con la participación de empleados, impositores, entidades fundadoras y de carácter científico, cultural o benéfico. Además, se impide la mayoría absoluta de cualquiera de estos grupos.
'Es decir, en las cajas de ahorros las partes interesadas no sólo son tenidas en cuenta en los procesos de gestión, sino que son precisamente los stakeholders quienes, mediante la designación de los miembros de los órganos rectores, llevan sus específicas inquietudes al marco en que se toman las decisiones y se articula la gestión de las entidades', aclara Quintás, quien recalca la importancia de la existencia de una comisión de control con presencia de todos los grupos interesados. Respecto a los derechos laborales, el presidente de la CECA destaca de nuevo la participación de los trabajadores en los órganos de gobierno de las cajas.
La estabilidad del empleo, la igualdad de oportunidades (el 38% de las plantillas están compuesta por mujeres), el desarrollo profesional a través de la formación y los beneficios de una previsión social complementaria son algunos de los elementos más destacados. Además, Quintás recuerda el papel de las cajas a través de la inclusión financiera de colectivos desfavorecidos y del desarrollo regional.
Creencias equívocas sobre la obra social
Quintás destaca en su estudio el papel de las cajas en la obra social 'como instrumento al servicio de la mejora del bienestar social'. El presidente de la CECA afirma que la obra social forma parte de la RSC como una forma de acercarse a resolver o paliar problemas sociales. Y advierte sobre el carácter voluntario de la obra social, 'ya que con frecuencia se afirma, incorrectamente, que es obligatoria para las cajas'. Quintás recuerda que en cuanto a la distribución del beneficio neto, éstas sólo están obligadas a dedicar un mínimo del 50% a reforzar sus reservas, 'por lo que lo destinado a obra social sólo está acotado por el máximo del 50% sin que exista obligación legal de aportación alguna'. Eso explica las diferencias dedicadas entre las entidades en el porcentaje que de su beneficio neto dedican a la obra social, que en 2004 osciló entre el 11,5% y el 46,5%. En su conjunto, la inversión de las cajas en obra social asciende a 1.200 millones.