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CincoSentidos

El sagrado experimento

Las reducciones jesuitas de Chiquitos, en la selva boliviana, son las únicas que se mantienen vivas; seis de las iglesias han sido declaradas patrimonio de la humanidad

Cuesta dar crédito a lo que uno ve: en medio de la nada, rodeadas de cuatro casuchas de adobe con porches de madera, se alzan, majestuosas como catedrales, las iglesias de las misiones jesuitas. Diez fueron los pueblos que fundaron los misioneros en esta parte infinita de selva; seis de esas iglesias han sido declaradas patrimonio de la humanidad. Después del olvido y un aislamiento de siglos, ahora es posible contemplar su fulgor, gracias a caminos recientes (no siempre asfaltados), y a un tímido despuntar turístico de la región, con algunos buenos hoteles y un gran capital de entusiasmo.

La región se conoce como La Chiquitania, y es una extensa selva tropical, en el departamento de Santa Cruz (casi dos tercios del territorio boliviano y equivalente a todo el territorio español) que nada tiene que ver con el cliché andino que suele tenerse de Bolivia. Los españoles del siglo XVI querían encontrar una vía fluvial en la selva que uniera los dos océanos; remontando el Río de la Plata, primero, y más tarde el río Paraguay, consiguieron llegar hasta Lima. A medio camino, fundaron Santa Cruz de la Sierra (1561), en territorio de unos indios a los que llamaron chiquitos.

Desde allí iniciaron la evangelización de las demás tribus locales, imponiendo el chiquitano como lengua franca entre ellos. Los jesuitas llegaron en 1690 y fundaron al año siguiente la primera misión, San Javier. Cinco años después se fundó San Rafael, y más tarde, San José (la única iglesia de piedra). A partir de ese triángulo fundaron las demás reducciones; la última, Santa Ana, fue levantada por los indios después de ser expulsados los jesuitas (en 1767), tal era el empuje social que los Padres habían infundido en aquellos singulares falansterios.

Que no eran sino un intento por hacer realidad la 'Ciudad de Dios en la tierra' (la vieja utopía de la ciudad ideal, desde Platón y Campanella a las versiones más corpóreas de Fourier, Saint-Simon o la Comuna). El sagrado experimento, como tituló Fritz Hochwälder una pieza de teatro lúcida y crítica en los años 70, precursora aventajada de la película La Misión -ésta, por cierto, se queda corta a la hora de mostrar la riqueza artística y musical de aquellas reducciones-; si hubieran filmado simplemente lo que hay en Chiquitos, nadie se lo habría creído.

Dos Padres se ocupaban de cada comunidad (unos 3.000 individuos, nunca más). Uno atendía a los aspectos materiales (unidades productivas más que autosuficientes: con excedentes para tributar a la Corona y comerciar); el otro cuidaba la vida espiritual, adiestrando tallistas y artesanos, pero sobre todo aprovechando el don natural de aquellos indígenas para la música: construían instrumentos (violines, flautas, hasta órganos) y creaban orquestas y coros como los que ahora tiene cada uno de estos pueblos misionales. Desde los años 90, se han ido descubriendo partituras (que guardaban los caciques) y se ha recuperado la tradición de construir instrumentos.

Los visitantes pueden disfrutar de esta inaudita riqueza en cualquier momento, pero sobre todo en un Festival de Música Barroca que se celebra cada dos años, y va a más. Este año, tendrá lugar entre los próximos 27 de abril a 4 de mayo.

Guía para el viajero

Información turística y sobre el Festival: www.festivalesapac.com, www.mancochiquitana.org, www.turismobolivia.bo

¦bull; Cómo ir. Se puede llegar a Santa Cruz de la Sierra desde Madrid con las líneas aéreas Varig o Aerolíneas Argentinas, pero no directamente, sino pasando por Río, Sao Paulo o Buenos Aires.En Santa Cruz, existe un servicio regular de autobuses que se toman en la Terminal Bimodal de Santa Cruz (Tercer anillo externo y Avda. Brasil); la mejor opción es contratar la excursión en una agencia de viajes de Santa Cruz.¦bull; Alojamiento. Los hoteles en los pueblos misionales están en pleno desarrollo; algunos son confortables y recomendables, como La Misión (en San Ignacio, teléfono 962 2333), o el Gran Hotel Concepción (en Concepción, frente a la iglesia; allí se han alojado la Reina Sofía y el Príncipe varias veces, tel. 964 3031). En Santa Cruz, el hotel más veterano y recomendable es Los Tajibos (Avda S. Martín, 455, tel. 3429046, www.toplaces.com).

¦bull; Comer. El resort Las Piedritas (a las afueras de San Ignacio, 00 591 33513465), El Buen Gusto (Pza. de Concepción, tel. 964 3117) y Oasis Chiquitano.

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