Empresas de talla internacional
La apuesta de las empresas españolas por alcanzar una auténtica dimensión internacional va absolutamente en serio. A los casos de la compra del Abbey por parte del Santander o de la adquisición de O2 por Telefónica se han sumado esta misma semana tres nuevos ejemplos de esta tendencia. Dos de ellos en Europa, protagonizados por Ferrovial y Sacyr, y otro en Latinoamérica, culminado con éxito definitivo el pasado viernes por el grupo que preside César Alierta.
Ferrovial ha puesto sobre la mesa un total de 12.500 millones para hacerse con el control del primer grupo mundial de gestión aeroportuaria, el británico BAA. El consejo de administración de la opada se ha pronunciado rotundamente en contra del intento de la española, con lo que la batalla se prevé intensa.
Algo parecido le sucede a Sacyr en Francia, tras la compra de algo más del 30% de Eiffage, con una inversión de casi 2.000 millones. La dirección de la tercera constructora gala ha articulado un frente de oposición a Sacyr que se ha marcado como objetivo impedir su entrada en el consejo de administración, a pesar de que la sociedad española es su primer accionista.
La tercera gran operación internacional que las grandes empresas nacionales han acometido en los últimos días ha sido la adquisición de Colombia Telecom por parte de Telefónica. El grupo español batió a su acérrimo rival en Latinoamérica, el poderoso Carlos Slim, tras un mano a mano menos intenso de lo que se preveía en un principio. En este caso, el desembolso será de unos 300 millones.
Complicaciones o éxitos al margen, lo que se pone de manifiesto con este ramillete de ambiciosas iniciativas es que las empresas, los empresarios, los gestores españoles están perfectamente capacitados para competir con garantías de triunfo en cualquier mercado y ante cualquier rival, por muy poderoso que sea. Y seguro que en los próximos meses habrá nuevas ocasiones para volver a comprobarlo.