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Cambios en el Gobierno

Bono se despide de la política y provoca el primer ajuste de Gobierno

A una semana de cumplir su segundo año como presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero encaró este viernes su primera remodelación ministerial tras la aceptación de la carta de dimisión que el titular de Defensa, José Bono, le había presentado el pasado enero. Su cartera la desempeñará el hasta ahora ministro del Interior, José Antonio Alonso, cambio que ha permitido a Zapatero integrar en el Gabinete al hasta ahora portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. La ministra de Educación, María Jesús San Segundo, será sustituida por la diputada Mercedes Cabrera.

Zapatero gestionó los cambios con el máximo sigilo y hasta primera hora de la mañana del viernes no informó de los mismos al secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ni al portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque tanto este último como José Bono conocían las intenciones del presidente desde hacía tiempo. De hecho, la primera vez que el ministro de Defensa le había planteado a Zapatero su dimisión fue hace seis meses, coincidiendo con la aprobación de la reforma del Estatuto catalán en el Parlamento autonómico, aunque no le trasladó sus intenciones por carta hasta el pasado enero.

En esas fechas, el propio Bono procedió a la destitución del teniente general José Mena Aguado, hasta entonces jefe de la Fuerza Terrestre, por unas declaraciones en las que advertía de las 'graves consecuencias' que implicaría la aprobación del Estatuto en los términos en que había sido alumbrado antes de su entrada en el Congreso. En ese momento, el Estatuto catalán era objeto de una gran polémica política, parcialmente desactivada con posterioridad tras el encuentro entre Zapatero y el líder de CiU, Artur Mas, en La Moncloa.

Las fechas de esta dimisión aplazada fueron precisadas el viernes por el propio Bono tras la reunión del Consejo de Ministros, durante una larga y singular comparecencia ante los periodistas en la que desmintió que el Estatuto catalán fuera el motivo de su abandono. 'A mí el Estatuto catalán no me echa', dijo el todavía ministro, quien vinculó la razón de su marcha con el deseo de estar más tiempo con su familia. Pese a su esfuerzo por guardar las formas, Bono tuvo buen cuidado de reiterar su idea de España y llegó a citar a Indalecio Prieto para recordar que la lleva en su corazón, en el 'tuétano' de sus huesos y que le emociona el himno y la bandera. Tampoco obvió que su opinión contraria al Estatuto es ya conocida y ni siquiera se esforzó por disimularla.

Según confesó el propio Bono, Zapatero le ha ofrecido 'muchas cosas' desde que le anunció su intención de dejar el cargo. Queda, pues, en el aire hasta qué punto abandonará totalmente su actividad política, aunque sin que nadie se lo preguntara señaló que no entra en sus previsiones competir por la Alcaldía de Madrid. Su condición de miembro del comité federal del PSOE y de presidente del partido en Castilla-La Mancha tendrán o no continuidad a partir del destino que pacte con Zapatero, quien mostró el deseo de que su retirada de la política 'sea temporal'. Fuentes socialistas informaron de la posibilidad de que Bono releve como embajador en Washington a Carlos Westendorp, próximo a la jubilación.

A invitación de Zapatero, Bono también tuvo oportunidad de pronunciar unas palabras de despedida ante sus compañeros del Consejo de Ministros. Entre bromas, el presidente preguntó al vicepresidente económico, Pedro Solbes, si los decretos de cese de Bono y de la ministra de Educación tenían impacto presupuestario. Solbes le contestó que el del ministro de Defensa sí lo tenía, ya que éste se ha distinguido durante su mandato por exponer continuas reivindicaciones para mejorar los medios materiales y el salario de las Fuerzas Armadas.

Bono se deshizo en elogios hacia Zapatero y también hacia la política de Defensa que ha gestionado en estos dos años. Las bromas y las buenas maneras presidieron en este 'viernes de Dolores', como dijo el hasta ahora titular de Defensa, su adiós al Gobierno, lo que no oculta la animadversión que numerosos ministros sienten hacia él. Especialmente sonoros han sido sus enfrentamientos con los responsables de Exteriores e Interior, Miguel Ángel Moratinos y José Antonio Alonso, respectivamente.

Las principales fuerzas políticas reaccionaron de forma dispar al ajuste de Gobierno. El presidente del PP, Mariano Rajoy, expresó su desconfianza hacia el nuevo ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. CiU calificó a Bono como un 'buen ministro', no así a San Segundo, y elogió la entrada de Rubalcaba en el Ejecutivo. Esquerra Republicana saludó la salida de Bono del Gabinete, mientras que Izquierda Unida señaló que se tendría que haber aprovechado esta oportunidad para introducir más cambios en el Gobierno.

En La Moncloa se ha previsto que los nuevos ministros tomen posesión de sus cargos el próximo martes.

Decisión voluntaria

Bono enfatizó que su decisión es voluntaria. 'Me voy por mi propia voluntad, le agradezco a Zapatero que me haya dicho que si yo quisiera seguiría en el Gabinete', dijo este viernes a los periodistas. Antes, Bono le había dicho al presidente que no abandonaría hasta que no entendiera sus razones personales para ello.

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