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Tribuna
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Los establos Augías y el Ayuntamiento de Marbella

Para los no familiarizados con la mitología griega, el quinto de los doce trabajo de Hércules fue limpiar la porquería acumulada durante 30 años por un rebaño de 3.000 vacas en los establos de Augías, rey de la æpermil;lide. Para ello, el héroe mitológico desvió el cauce de dos ríos e hizo que sus aguas se llevaran la inmundicia de los establos. Con la Operación Malaya las autoridades encargadas de luchar contra la delincuencia económica y fiscal han realizado un trabajo digno del propio Hércules al actuar de forma contundente contra la corrupción de Marbella.

La podredumbre en esta bella ciudad de la Costa del Sol había llegado a la estratosfera y las autoridades públicas han actuado de forma resolutiva para acabar con una colosal trama inmobiliaria digna del Libro Guinness.

En una primera estimación, la Dirección General de La Policía sitúa en 2.400 millones de euros el valor de los bienes intervenidos e incautados. Esta sería una valoración inicial a la espera de la tasación final, cuando se resuelvan todas las investigaciones. Sólo el dinero incautado en efectivo alcanza de momento los 3,5 millones de euros. Como muestra un botón: durante el registro efectuado en el domicilio de Isabel García Marcos, la famosa teniente de alcalde del consistorio marbellí, la policía encontró más de 300.000 euros en billetes.

Cuando el torero Manuel Benítez, El Cordobés, tuvo la original ocurrencia de pesar el millón de pesetas que había cobrado en billetes de mil por una corrida (entonces los billetes de mil eran los más grandes en circulación) descubrió que pesaba alrededor de un kilogramo y cabía en un maletín de tamaño medio, de ahí la denominación popular del millón de pesetas: un kilo.

Con la implantación del euro a partir de 2002 aparecieron los nuevos billetes de 500 euros, lo que consiguió que el equivalente a un millón de las antiguas pesetas, es decir 12 billetes de 500 euros se pudiera meter en un simple billetero y llevarse en el bolsillo de la chaqueta. En efecto, los Bin Laden reúnen mucho valor en muy poco espacio, lo que los convierte en un instrumento perfecto para ocultar el dinero negro y para hacer operaciones fraudulentas. Consecuentemente 300.000 euros (o sea que casi 50 millones de las antiguas pesetas) en billetes de 500 euros pesan 684 gramos y caben en una cartera de pequeño tamaño. Salta a la vista que para transportar en efectivo el equivalente en pesetas de 300.000 euros, los defraudadores del siglo pasado tenían que acarrear un baúl con 50 kilos de billetes de mil pesetas. Hoy, para transportar esta cantidad basta una cartera de mano.

Detrás de los billetes de 500 euros se encuentran unos cuantos miles de individuos con interés de blanquear dinero procedente de la economía sumergida o de actividades irregulares, por lo que no es de extrañar que en los últimos años se haya producido en España un espectacular aumento de estos billetes. En cambio cientos de miles de honrados contribuyentes sólo han visto un par de estos billetes morados de 500 euros en su vida, ya que su elevado valor lo hace poco apto para el uso cotidiano.

El 25% de todos los billetes de 500 euros en circulación están en España. Según los datos del Banco de España, a cierre de 2005 había ya 95 millones de estos billetes circulando, 25 millones más que al inicio del ejercicio. Su valor total, 47.367 millones, equivale a más del 59% de toda la moneda que se mueve en España (80.226 millones de euros). Los expertos en la persecución del blanqueo de capitales califican de escandaloso el aumento de la masa monetaria en billetes de 500 euros, ya que su uso comercial es prácticamente inexistente al no utilizarse como medio de pago, por tanto sirven para instrumentar el dinero negro.

El fraude inmobiliario y la especulación urbanística han colocado a España entre los países más corruptos de la UE según un estudio de Transparency Internacional, quedando por debajo de 15 países de la Unión.

Como consecuencia del imparable crecimiento de esta colosal bolsa de dinero negro, el colectivo de Técnicos Financieros del Ministerio de Economía y Hacienda ha propuesto al Gobierno una medida eficaz para frenar el fraude fiscal: la confección de un censo de aquellas personas jurídicas o físicas que estén atesorando billetes de 500 euros. Nadie duda de la necesidad de la colaboración de todas las instituciones para acabar con la defraudación, y las entidades financieras deben ejercer un papel determinante.

El fraude fiscal y la corrupción siempre me han producido especial repugnancia, pero ante los que la sociedad española ha sido tradicionalmente demasiado tolerante. La figura de quien se jacta de no pagar un céntimo a Hacienda debería ser objeto de rechazo social y no de palmaditas en la espalda. Lo que deja de pagar este defraudador, lo acabaremos pagando a escote el resto de los contribuyentes.

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